Melchor y Gaspar estaban sentados a la sombra de un olivo centenario en lo alto de una colina cuando vieron llegar a Baltasar. Éste vestía las ropas propias de un rey: Una túnica con bordados, babuchas de la mas fina calidad y un turbante adornado con un broche enjoyado. Cuando el rey negro vió a sus antiguos compañeros de viaje se sorprendió en sobremanera; Melchor parecía un comando salido de una mala pelicula de Chuc Norris y Baltasar tenía sus ropajes hechos harapos y sostenía en la mano un bastón manchado de sangre.
-Ya veo que la vida no os ha sonreído amigos. Pero decidme... ¿En que podría ayudaros yo para hacerme venir con tanta urgencia?- Dijo Baltasar al llegar ante ellos.
-Estamos jodidos.-Dijo Gaspar.
-Jodidos. -Repitió Melchor sin ánimo.
-Ya veo. No teneis buen aspecto, pero no creo que yo pueda hacer nada por vosotros. Tu sabes, Gaspar, que ya no vivo en este lugar ni en este tiempo.
-¿Pero que está diciendo?- Preguntó Melchor sin entender nada.
-Cuando acabó todo, Dios te maldijo, a mi me concedió el poder de cagar oro y a Baltasar, al ser negro, le concedió la habilidad para viajar en el tiempo.
-Aaahora entiendo.-Respondió màs tranquilo Melchor. -¿Y qué es ahora de tu vida?
-Bueno... yo... estuve viajando hacia el futuro y me instalé en el principio del siglo veintiuno. Me dedico al cine.
-¿Al qué?- Preguntó Melchor.
-Oye, y qué dice la historia de nosotros? - Preguntó Gaspar.
-Es curioso, pero no queda ni rastro de nuestro paso por el mundo.
-¿Y del niño? ¿Que pasará con el futuro rey?
-Mmm... No creo que te gustara el final. Hicieron una peli sobre él hace poco.
-¿Una qué?- Preguntó Melchor, confuso.
-Eso no importa. Decidme qué quereis de mi y veré que puedo hacer.
-Necesitamos que nos escondas. El mundo entero quiere matarme a mi y a los que conmigo están. Llevanos contigo al futuro.
-Eso es una locura.-respondió baltasar algo ofendido. -El don es mio y nunca he intentado llevar a alguien conmigo. Podría ser catastrófico. Además, las cosas no son tan fáciles en el futuro.
-Yo cago oro. No tendríamos problemas de dinero en ninguna época.
-Vosotros no lo entendeis. No se puede llegar de repente al siglo veintiuno con un puñado de mierdas de oro puro y simplemente vivir. Hay unas normas y unos inspectores que vendrían a averiguar de donde ha salido tal fortuna.
-¿Inspectores?- Gritó Melchor levantandose de un salto. -No se como serán esos inspectores, pero como traten de hacer algo... -Entonces sacudió tal patada al tronco del olivo que éste tembló de la raíz hasta la copa y varias olivas maduras cayeron sobre el turbante de Baltasar.
Éste ladeó la cabeza frustrado y al mirar hacia abajo, donde se hallaba la ciudad mas proxima vió a un grupo formado por varias decenas de hombres armados y algunos cientos de ovejas rabiosas que corrian hacia la colina.
-¿Quienes son esos?
-Vienen a matarnos. -Le respondió Melchor sin girarse a mirarlos.
-Pero... nos haría falta una ametralladora para acabar con todos ellos. -Dijo Baltasar, asustado sin palidecer, pues su piel se lo impedía.
-¿Una ametraqué?
-Da igual. No tenemos tiempo, cogedme de las manos.
Y los tres reyes de oriente se cogieron de las manos, como ya hicieran tiempo atrás, antes de comenzar su viaje. Y mientras la turba enfurecida subía con sed de sangre la colina entre gritos, insultos y balidos, una energía desconocida envolvió a las tres figuras y éstas desaparecieron con un chasquido, para no ser vistas nunca más... en su tiempo.
(Epílogo)
Y lo que la historia no llegó nunca a contar fué que los tres reyes desaparecieron, rumbo al siglo 21. El maldito, el por siempre rico y el viajero en el tiempo(o negro, como se le conoce habitualmente). Pero como éste último sospechaba, su habilidad para viajar a través de los milenios no funcionaba correctamente llevando pasajeros y solo le permitió saltar de año en año, teniendo que descansar una noche entera para saltar de nuevo.
Cuenta la leyenda que esa noche, la del 5 al 6 de enero de todos los años, puede verseles en nuestro mundo, buscando un lugar donde descansar para desaparecer de nuevo al dia siguiente y reaparecer al cabo de un año (creo que ya se había entendido pero quiero que esto quede más largo), hasta que lleguen a su destino.
Y así termina la verdadera historia de los tres reyes de oriente.
Políticamente incorrecto.
ResponderEliminarEsta terminología, muy en boga últimamente, se ha estado utilizando como sinónimo de irreverente, yo, sin embargo, la estoy usando en sentido literal.
P.D.: esto es lo que he podido rescatar del mensaje anterior, me ha pasado como a ti, ha caído internet y con él mi comentario original.
Pues con tantas terminologías no me ha quedado claro si te ha gustado o no... Tendré que escribir mas gilipolleces para darle valor a esto.
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