Una vez
conocí a una chica impresionante; Lo tenía todo: Un físico inmejorable, una
simpatía desbordante y una forma de moverse realmente atrayente. Años después
me la volví a encontrar y al parecer su cuerpo le había traicionado y la había
convertido en algo muy distinto a lo que era. Y eso es una putada. Imagina que
eres un hombre afortunado que mantiene una preciosa relación con una mujer
preciosa en todos sus preciosos rincones y que un día tienes que irte lejos
durante bastante tiempo, no sé, a la guerra por ejemplo; Y pasas las noches
soñando con ella y pasas los días rezando por sobrevivir y estar así un día más
cerca de volverla a ver; Pero cuando la guerra termina y regresas a casa
descubres que tu bella mujer parece un armadillo y como las hormonas se le han
descontrolado está medio loca y no deja de gritarte y te das cuenta de que en
las trincheras no se estaba tan mal y de que ese al que llamabas amigo y que
murió en tus brazos no te caía tan bien, que te quitaba los gusanos de la
comida diciéndote que lo hacía por ti, que eran venenosos, y luego se los comía
él a escondidas porque estaban mejor que la carne podrida que os servían en el
cuartel, y que no hiciste mal del todo empujándolo cuando las balas silbaban
sobre vosotros, por cabrón; Si no quería guerra, que no se hubiese alistado.
Muy profundo.
ResponderEliminarY muy raro. Espero no ser yo la del relato.
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