Este
año no quería. Os lo juro. Por circunstancias de la vida, por respeto a la
humanidad y a las mujeres en particular, esos seres maravillosos que guían
nuestras vidas e impiden que nos estrellemos contra los escollos y naufraguemos
cual navío guiado por un capitán ebrio de ron… Pero me ha resultado imposible.
No se puede luchar contra la naturaleza.
No se
puede negar que en verano hace calor; no se puede ignorar el sudor que resbala
desde tu frente hasta tu barbilla; no se puede mirar hacia otro lado cuando tus
zapatillas se quedan pegadas al asfalto… Y al final hay que admitirlo:
Hace un
calor, este año más si cabe, que te torras.
Que te
torras.
Qué
tetorras.
Y ya está.
Cuanta sabiduría en tan pocas palabras :D
ResponderEliminarGracias amigo. Ya sabes lo que dicen de que "En el tarro pequeño está la buena confitura", aunque en este caso concreto no sea exactamente así.
EliminarClassics never dies...
ResponderEliminarTodos los años me planteo terminar con estas entradas, pero ya se sabe cómo son las tradiciones... Si justifican el tirar comida o el maltrato animal, no creo que pase nada por unas fotitas de nada...
EliminarEs un mensaje, claro, conciso y que llega fácilmente a la gente,
ResponderEliminarEsa es la idea, Victor. Esto es como el humor de los Morancos: Malo, pero resultón.
EliminarNavegando en tu blog, encontré una entrada que demuestra que somos un instrumento es tu maquinal máquina de experimentos. Me remonto a la entrada
Eliminarhttp://diadeltesticulo.blogspot.com.es/2013/07/una-pequena-reflexion.html,
Por favor, sigue manejando nuestros hilos y alterando nuestros destinos.
Suerte que no has re-husado fotos.
Esta entrada es el gran evento del año, por lo que se ve.
ResponderEliminarAnsiosa espero que llegue el invierno con su frío de cojones.
Es de lo más esperado del verano junto con las picaduras de medusa y la salmonela de chiringuito, según las encuestas.
EliminarVeré que puedo hacer con lo que propones del invierno.