Hoy
tocaba extracción de sangre. Es lo que pasa; uno se hace mayor, le aparecen
ciertos achaques, el médico quiere asegurarse de que todo está bien, y pichazo
toca. Y no es que me preocupe. Soy camionero; un camionero del norte. Soy
resistente al dolor, al desprecio de las mujeres y al mal tiempo (aunque sin
ponerle buena cara). Por eso cuando ha tocado mi turno, he entrado con la
cabeza alta y andares elegantes en la sala de extracción.
Dentro
habían cuatro habitáculos. En el primero había un doctor de esos viejos y feos
que siempre están nerviosos porque el único aliciente de su trabajo es salir a
fumar y recibir los inexplicables elogios de bellas enfermeras; en el segundo
un joven enfermero con cara de susto; en el tercero una señora teñida de rubio con
cara de odiar a todos los seres vivos de la tierra; y en el cuarto… oh en el
cuarto… La chica más dulce y delicada de la creación. Joven, bella, cándida,
tierna… Una sonrisa que iluminaba la sala entera, dando calor y confort a
cuantos enfermos se cruzaran con ella. Y yo, plantado en la puerta, deseando
que me mandaran ante ella.
-
J. Capdemut… J. Capdemut… Al número cuatro.

Cuando
me despierto estoy en una camilla con los pies en alto. Noto un peso extraño en
el pecho pero mis brazos y piernas parecen flotar, lo que es una sensación
extrañamente agradable. La enfermera mayor viene y me mira con cara de asco.
Saca una jeringuilla y me saca sangre en dos segundos y sin ningún dolor. Igual
habría sido mejor que me tocara el número tres después de todo… Cuando me
levanto, por fin, busco con la mirada a la joven aprendiz, pero no está. Seguro
que ha llegado otro al que no le importaba que convirtieran su brazo en una
masa de carne amorfa. Y así, derrotado y humillado salgo de la sala, ante la
mirada burlona de abuelas y otras gentes de índole diversa, mientras ella, la
dulce joven, estará cabalgando hacia la puesta de Sol junto con alguien más
hombre que yo.
La carcajada del día... ¡gracias Josep!
ResponderEliminarDe nada hombre... Vas a hacer que me emocione...
EliminarEllas los prefieren sin pelo...tal cual. La imagen de un brazo peludo me atormentará esta noche. Gracias.
ResponderEliminarDe nada, mujer... Vas a hacer que...
EliminarAsí es la vida...
ResponderEliminarSí.
EliminarNo hay que fijarse en si la doctora es una malcarada, vieja y con odio por la humanidad, hay que fijarse en la docente que tiene al lado, te lo digo yo que una vez me tocó el pito una doctora clase 3 mientras una clase 4 miraba. Fue un infierno...
ResponderEliminar¿eso se puede calificar como "menasuatrua"?
EliminarSi una no te toca no es menasatruá. Lo de Giga Trol es muy triste.
EliminarRealmente la enfermera 3, era tipo 4 cuando era joven. Cuando aprenden a pinchar, ya no están para tontunas.
ResponderEliminarEl eterno equilibrio cósmico.
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