De noche. Hace algo de fresco. La niña está recién acostada
y detectamos un mosquito en la casa. Salgo al patio a por algo de albahaca
(repelente natural) y la subo al cuarto de la nena. Todavía está despierta.
-Papá. ¿A qué has
venido?
-A ponerte una
plantita para que no te piquen los mosquitos.
-¿Porqué?
-Porque a los
mosquitos no les gusta su olor.
-¿Y qué hacen?
-Pues como la huelen,
no entran en tu cuarto.
-¿Y entonces qué?
-SE VAN. Se van y no
te pican.
-Vale.
-Buenas noches
pequeña.
-Papá. ¿A qué has
venido?
-A NADA. DUERME.
De noche. Hace algo de fresco. La niña está recién acostada
y yo, en el pasillo, aspiro profundamente el aire otoñal mezclado con albahaca.
¡Qué poético!
ResponderEliminarSabes que la poesía e smi segunda vocación, después del automovilismo extremo.
EliminarLos niños son así de repetitivos, pero a los padres nos hace gracia...
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