Son las siete de la tarde.
Empieza a oscurecer. El niño está sentado en su cuarto, en penumbra, mirando
por la ventana con expresión sombría. En el parque de enfrente de su casa los
niños juegan y ríen. Niños despreocupados, acompañados de sus madres, tirándose
bolas de nieve y comiendo helados de fresa en una envidiable armonía. El niño
les envidia. Envidia de la mala. De la de odiar. De la de desear desintegrarse
y reencarnarse en un crio normal con una madre normal.
La puerta de la habitación
se abre. La madre asoma la cabeza y se fija en la figura agazapada y torcida de
su hijo. Éste la mira con los ojos vacíos de emociones, creando una zona
negativa entre ellos que a duras penas deja pasar el aire y propagarse el
sonido. A pesar de ello la madre se esfuerza en hacerle llegar su voz.
-¿Estás bien, hijo mío...?
Te noto algo obnubilado, triste, melancólico, taciturno, abatido, afligido y
umbrio.
-Necesito un cerebro-.
Responde el niño tras unos segundos de silencio.
-¿Como el espantapájaros de
Mago de Oz? ¿O como Aníbal Lecter?
-Como ninguno de los dos,
mamá. ¿Estás loca? Necesito una reproducción de un cerebro humano para clase de
anatomía neuronal avanzada y no he hecho nada porque me tienes amargaaaadooo...
-¿Anatomía neuro qué? Pero
si solo tienes...-. Comienza a decir la madre pero el niño la interrumpe.
-Voy a suspender tanto que
me van a bajar dos cursos y volveré a...
-No te preocupes hijo mio-.
Dice la madre resuelta. -Te conseguiré ese cerebro.
Lo siguiente que el niño ve
es a su madre cruzando el parque derribando niños, apartando carritos a patadas
y adentrándose en el bosque más ocuro que ninun ser humano haya visto jamás. En
dirección al bazar chino del otro lado, sin duda.
A la mañana siguiente un
rayo de sol entra por la ventana y se clava en el ojo izquierdo del niño, que
al abrirlo, se encuentra con una cajita a su lado. No con poco miedo la abre y
contempla con estupefacción, asombro, pasmo, desconcierto, conmoción, estupor y
consternación lo que contiene.
Cuando algún extraterrestre piensa con el corazón... sale algo así
ResponderEliminarmuy realistic.
Pero el de atrás diría que está escrito correctamente. Qué mala suerrrrte...
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