Siete de la tarde,
minuto arriba minuto abajo; me dispongo a comerme mi merienda típica
consistente en melón con queso (el jamón me da flato) cuando suena
el teléfono indicando un extraño y larguísimo número.
-¿Si? -respondo en
un alarde de elocuencia y riqueza verbal, léxica y semántica.
Tardan unos segundos
en responderme mientras se oyen sonidos de flautas de fondo.
-¿Señor Capdemut?
-dice por fin una voz masculina, algo lejana desde el otro lado.
-Si.
-Buenos días señor
Capdemut es un honor poder hablar con usted... -comienza a decir pero
le interrumpo.
-¿Como que buenos
días si es muy por la tarde ya?
-No, ya, es que le
llamo desde Perú y acá es por la mañana todavía, jeje, andale
wey.
-¿Perú este o perú
oeste?
-Perú no tiene este
ni oeste, solo norte y sur, somos un país chiquito, sabeusté.
-No lo sé, pero así
a ojo diría que la superficie de Perú es de más de un millón de
km2, que es el doble que España -le respondo haciéndome el listo.
-Si, eso es cierto
pero sabrá también que en los mapas a los del hemisferio sur nos
dibujan más pequeños siempre.
-Ya, puede ser que
eso cause una falsa sensación de pequeñez, pero como también son
gente más bajita les quedará más espacio para moverse todavía. Si
sacáramos cuentas puede que a nivel de sitio Perú sea el triple que
España. Pero no nos perdamos por esos derroteros espaciales. ¿A qué
debo su llamada señor..?
-Me llamo Nafka
Estalone y soy el responsable de la editorial A*****r y queremos
contar con su talentosa escritura para partisipar en una antología
con varios autores destinada a ser distrinbuida en colegios para que
los chamaquitos puedan inisiarse en la lectura y esas cosas. ¿Orale
vos?
-Ya.
-Los relatos van a
tratar sobre una banda de música en concreto. Cada autor elegirá
una cansión y escribirá un cuento sobre ella.
-Entiendo pero
sinceramente, yo no tengo ni idea de música andina ni estas cosas,
no se si soy la persona adecuada.
-¿Que música
andina ni qué rambutanes en almíbar, wey? La banda a tratar es
Venom.
-¿Venom? -le
respondo algo confuso? -¿La banda de black metal de los ochenta
abiertamente satanista y vetada en muchos países debido a sus letras
violentas y/o escatológicas?
-¡La misma
compadre! Veo que entiende usted de músicas del mundo.
-¿Y eso será
adecuado para que lo lean los niños?
-Por supuesto.
Piense que los niños en perú tienen que ir al colegio escalando
montañas y crusando ríos con cocodrilos que disparan laseres por
los ojos.
-Ya... Vale, pero...
¿Me van a pagar por esto o va a ser como todas las entradas que
escribo últimamente?
-¡Por supuesto wey!
Le vamos a dar mil millones de (viejos) soles.
-¿Mil millones?
-Así es, (viejo)
sol arriba (viejo) sol abajo dependiendo del cambio.
-Vale, acepto.
¿Donde hay que firmar?
-Aquí, debajo de la
linea de puntos.
-¿Donde pone "el
gilipolas"?
-Justito ahí.
-Hecho, tenga el
contrato y me pongo al trabajo ya.
-No me ha devuelto
el boli, chamaco.
-Uy perdón, tenga,
que es que a veces se quedan pegados, jeje.
-Jejeje, no pasa
nada. Total, solo me costó dos mil quinientos millones de (viejos)
soles.
-Anda, que caro el
puto boli, con razón.
-Pues nada, hablamos
entonses para la entrega del relato.
-Claro, déjelo en
mis manos. Ya puede colgar.
-No. Cuelgue usted.
-No tu.
-Usted.
-Tu.
-Tu.
-Cuelga tu.
-Besitos.
La llamada se corta
y me doy cuenta de que mi melón con queso se ha biodegradado y ahora
es un bello jardín colgante. Que bonita la naturaleza cuando no está
saturada de plásticos y colillas.
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