Una carretera comarcal del sur de la provincia de Alicante. Un hombre a bordo de un camión cumpliendo con su deber con su familia y su sociedad, conduciendo durante horas para ganarse un trozo de pan para su mujer, un poco de leche para su hija y algunas miniaturas de plástico para si mismo. Un hombre honrado, fiel y servicial. Un hombre santo.
De pronto una figura femenina aparece en el horizonte, como un espejismo que le saluda y el hombre aminora la marcha por precaución. La mujer, tan real como el mismo asfalto tiene la piel negra como el carbón y brillante debido al sudor producido por el calor sofocante del verano, viste con un top ajustado y una falda cortísima, lo que delata su profesión, más antigua aún que la del transporte de mercancías.
La mujer negra de la carretera se le insinúa con un movimiento de caderas pero el hombre permanece imperturbable y decide proseguir su marcha, saludándola con un leve movimiento de cabeza a lo que ella, puede que un poco herida en su orgullo, decide exhibirse sin ningún decoro para mostrar aquello que está siendo rechazado.
Podría haberse subido el top. A nadie le molesta ver unos senos femeninos, por muy puritano que diga ser, pero no; La mujer decidió arremangarse la falda, bajo la cual no llevaba nada y mostrar su sexo desnudo al desprevenido camionero.
La visión es turbadora. Negro sobre negro. Más oscuro que la oscuridad, como un pozo que se abre al mismo corazón de la noche. Mil gatos negros nadando en alquitrán… Que más da. Nadie está preparado para eso.
La mente del hombre se nubla, se desvanece la realidad y por un momento desaparece la línea entre la carretera y el cielo. Un vehículo de 25 toneladas a la deriva, con su conductor boquiabierto y con las pupilas tan dilatadas que ante él sólo se extiende un mar de luz.
Invade el sentido contrario y el claxon de un coche le devuelve a su mundo, recupera el control y regresa a su carril mientras el conductor del turismo le insulta con sus dedos a través de la ventanilla. Pobre ignorante. Él jamás sabrá qué se siente al asomarse al abismo y regresar.
Señales como estas son las que faltan en nuestras carreteras
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Jajajaja, exagerado a más no poder y también gracioso, en tu línea (el pseudoporno te persigueeeeeee)
ResponderEliminarBuenísimo, uno de los mejores relatos de pseudofantasíapornográfica que has escrito. Brutalic!!!!
ResponderEliminarYo como siempre me quedo con los detalles supérfluos: ¿Es la carretera que va a Torrevieja? Me ha recordado a cuando iba a allí a trabajar y en cada rotonda había una chica de estas a cualquier hora del día, con su sombrillita, su neverita, muy apañás ellas.
ResponderEliminarSaludos a ti, a Isabelilla y a Claudia, que hace una cho-cho-chorrà de tiempo que no nos vemos!!
Elián.
Ante todo, gracias a todos por comentar.
ResponderEliminarY para la de los detalles superfluos; No era la carretera de Torrevieja pero estaba por la zona aledaña. No sabría decirte si era la de Almoradí, San Miguel o Bigastro. Pero si, esa zona tiene una gran oferta de chicas de sombrilla y neverita.
Como sabes hacía una verdadera cho-cho-chorrá de tiempo que no me pasaba por aquí y esta ha sido la entrada elegida para comenzar a leer todo lo que me he estado perdiendo y me ha pillado un poco desprevenida. ¡Seré ingenua!
ResponderEliminarMe han gustado especialmente las comparaciones que has hecho, estás hecho un poeta.
A saber qué hubiera sucedido si en vez de un cho-choa se encuentra de morros con un morcillón al más puro estilo "Hola mi amol, me yamo Godofredo y voy a dalte plasel...".
ResponderEliminarQue por estas carreteras de dios uno encuentra de todo...y más!
Saludos y seguimos a tu lado
Jajaja, en ese caso se la pega seguro.
ResponderEliminarGracias capitán por comentar y bienvenida de nuevo Lolita tras tu largo letargo.
De las mejores entradas en tiempo, diria qu te has desviado un poco de tu estilo habitual, pero me ha gustado. Eso si... A estas alturas no te dejes intimidar por esos oscuros oyos de pasión y piensa que la seguridad en la carretera es lo principal :^)
ResponderEliminarMe alegro de que haya gustado la entrada, aunque eso solo confirma mi teoría de que, independientemente de la calidad de la misma, si salen organos sexuales de alguien gusta y si no no.
ResponderEliminarEn fin... Voy a tener que seguir con este tema.
No es por el contenido sino por la forma de expresarla, pero igualmente supongo que hay mucha razón en lo del contenido sexual pseudoexplicito.
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