martes, 4 de septiembre de 2012

El futuro que nos entra



Me prometí en su día que jamás utilizaría este medio para criticar directamente a personas o entidades privadas, pero como ya se sabe, las promesas están para romperlas y más si son a uno mismo, así que en esta entrada haré una excepción y hablaré por primera vez de una marca comercial.
Mi intención no es hacer publicidad ni tampoco creáis que tengo acciones en esta empresa, pero cuando alguien hace las cosas bien hechas hay que reconocerlo. Y es que tras años de penurias desde que desapareció la mítica botella de leche de cristal, hemos venido padeciendo las salpicaduras en silencio. La cosa es sencilla: Tu abres uno de esos maravillosos envases de “brick”, preparas el vaso para tomarte la leche y… dejas la encimera de la cocina como si se hubiese rodado una peli porno. Hay muchas técnicas para evitar esto pero ninguna funcionaba y las grandes compañías lecheras parecían ignorar el problema. Hasta ahora.

Leche Pascual, o más concretamente su equipo de diseño, han ideado un envase cuya parte superior está ligeramente inclinada, lo que permite que el líquido fluya desde su interior dejando entrar el aire al mismo tiempo para evitar que se creen burbujas que causan las molestas salpicaduras. No era difícil, la verdad, pero hasta ahora nadie se había atrevido a dar el paso.
Así que abran bien sus anos damas y caballeros, pues el siglo XXI está entrando por donde nadie esperaba. Olvídense de motos voladoras, de bosques ignífugos o de terminar con el hambre en el mundo. El futuro son envases supercontaminantes e irreciclables pero que no salpican. Preciosa basura que se acumula en nuestras casas y bajo el suelo que pisamos para hacernos la vida insignificantemente más cómoda. Dulce sodomía consentida que nos arranca la dignidad sin contemplaciones, con dolor pero con una sonrisa; con rabia pero alegría. Un desgarro que jamás se curará pero que llevaremos con orgullo el resto de nuestros días, para contarles a nuestros nietos que hubo un día en el que los seres humanos nos vendimos por cuatro cuartos para lograr vivir ligeramente mejor, en un mundo considerablemente peor.

2 comentarios:

  1. Buena reflexión, pero me has conseguido deprimir al final, para no variar...

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  2. Saludos, querido amigo...
    Después de leer atentamente tu entrada, acompañando la lectura con aquel movimiento de cabeza que afirman unas verdades como puños cual perrito de goma en el salpicadero del coche, solo puedo decir que tienes toda la razón del mundo!
    Y mira que jode, de buena mañana, prepararte el café con leche y ZASCA!, charco leche en el mármol de la cocina.
    Pero uno que es maestro de escuela, tiene otra experiencia que iguala el grado de "sofisticación" de los tetabricks que has comentado. Y me refiero al "fasbuloso" invento del...ACTIMEL!!!
    Jodido el día que nació quién pensó que el Actimel era un producto ideal para niños. Que su interior es enriquecedor y da mucha energia a los chavales...pos vale, pos malegro! Pero esa botellita... con tan poca base...
    Lo único que se consigue con la botellita de los coj*nes es provocar que el actimel se esturree por toda la mesa, porqué al mínimo contacte, el botellín se deja caer!
    Menos 3D y más botella de base ancha, madredediosssssss!!!!

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