Se
acerca el fin de año y con él, el momento de hacer balance, reflexionar,
comentar cuáles han sido las entradas mas visitadas del blog, porqué, cómo,
etc… Pero como sabéis que este blog tiene una afluencia de público mas bien
escasa (algo totalmente incomprensible)
y que los cuatro que estamos por aquí sabemos lo que nos gusta, prefiero
derivar mi reflexión por otros derroteros quizás menos transitados pero no por
ello más útiles o interesantes.
Habréis
notado que la frecuenciaa de publicación del blog ha descendido notablemente y
ello es la causa de varios factores. Sé que me imagináis en una isla desierta
donde los habitantes autóctonos del lugar (una tribu famosa por su atractivo
físico y voluptuosidad de sus mujeres) sufrieron hace poco la desgracia de perder
a todos sus hombres en un horrible accidente de pesca y ahora sus hembras
necesitan a un macho para saciar sus necesidades sexuales y qué mejor que un
hombre del norte que acaba de instalarse en una lujosa cabaña debido a la fama
y la gloria (y el dinero) que ha obtenido gracias a las ventas de su último
libro. Pero no. Aunque no vais desencaminados del todo. De hecho mi último
libro a pesar de haber tenido un éxito inesperado a nivel de críticas, no se
está vendiendo nada bien y ello hace que en lugar de irme a la isla, tenga que
pelear por cada venta. ¿Cómo? Preparando presentaciones, diseñando carteles
molones, escribiendo relatos promocionales, colaborando en asociaciones de
autoedición, páginas web relacionadas… Todo eso es trabajo que me quita tiempo
para escribir en el blog. Pero no es todo.
Habréis
notado al igual que yo que en este nuestro amado país la tensión se puede
cortar con un cuchillo. Tensión política y social causada por una campaña
electoral sin corazón que está dividiendo a una sociedad que debería estar
unida por un bien común, independientemente de los colores del trapo que ondee
sobre sus cabezas. He escrito varias entradas acerca del tema, así que no os
sonará a novedad mi preocupación, algunas en plan serio y otras más de broma,
pero lo cierto es que es un tema que no me hace ninguna gracia. Creo que
mientras peleamos por asuntos banales estamos perdiendo la verdadera lucha
contra la pérdida de derechos sociales y la desigualdad, y eso es realmente
grave. Por no hablar de la hecatombe medioambiental a la que nos dirigimos a
toda velocidad sin preocuparnos por pisar el freno en ningún momento. Pero como
me resisto a convertir este blog en algo serio y reivindicativo, prefiero
guardarme ciertas cosas y dejar que el tiempo corra. Y mientras corre, no
escribo con la misma fluidez.
Y por
supuesto, como no, proyectos. Estoy trabajando en una serie de relatos que
serán la segunda parte de “La onomatopeya del ladrido” y que publicaré a lo
largo de 2018 en formato digital únicamente, terminando el diseño de mi primer
juego de rol “oficial” el cual verá la luz en breve e informaré de ello en “El
blog mediocre”, y también estoy trabajando en lo que podría ser mi tercer libro
impreso aunque todavía es pronto para adelantar nada.
A todo
esto habrá que sumarle mi vida “normal” que consiste en infinitas horas de
trabajo, obligaciones familiares, tareas domesticas, problemillas de salud, cosas
que surgen así sin esperarlas… Lo típico vamos.
En
definitiva y resumiendo mucho: El blog se está resintiendo de tanta actividad y
no descarto ponerlo en pausa indefinida si no logro sacar adelante otros
trabajos de forma sencilla. Pero eso ya se verá. De momento me queda daros las
gracias a los fieles lectores, también a los ocasionales (pero no tanto) y
desearos a todos/as un feliz, próspero, largo, tedioso y rutinario 2018. Que lo
disfrutéis.
Y feliz
saturnalia, como no.
Derrotista como siempre; vamos bien entonces. Feliz año para ti también.
ResponderEliminarGracias!
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