Hace
pocos días mi hija mayor llegó del colegio con algunas “invitaciones” para
asistir al espectáculo de un nuevo circo que había llegado a la ciudad.
Normalmente mi forma de proceder ante estos casos es agarrar las invitaciones
(que normalmente ofrecen algún somero descuento que te cobran igualmente cuando
se te ocurre comprar una botellita de agua o bolsita de gusanitos), hacerlas
una bola y arrojarlas al cráter del volcán mas cercano. Pero esta vez fue
distinto ya que ese circo se llamba “Wonderland”*. Percibí ese hecho como una
especie de señal, así que le prometí a mi hija que la llevaría.
Tomamos
asiento, se apagaron las luces y comenzó un espectáculo realmente interesante
de malabarismos, magia, trapecistas, payasos humillando a un padre del público
(no creo que se recupere jamás), bailes y otras cosas menos dignas de mención…
Hasta que eso comenzó a llenarse de monos y empezó la representación de Tarzán.
Apareció
en escena el de la melenita, el de los ojos azules, agarrando en volandas a una
bella dama y elevándola en el aire con acrobacias imposibles. Y entonces mi
hija, asombrada, me dijo.
-Mira
papá que marcado.
-¿Qué?
–respondí algo extrañado.
-Mira
mira se le ven todos los músculos.
-Ah…
si. Claro. Es normal porque para hacer eso tiene que estar muy fuerte y...
-¿Ves
eso? Es la tableta de chocolate. Se llama así porque es como los cuadraditos de
una tableta de…
-Si si.
Ya. Pero mira los monos, mira, mira que disfraces tan chulos…
-Los
monos son cutres pero Tarzán… Mira que espalda más musculosa.
-…
Y así
me di cuenta de que mi mayor ya se estaba haciendo mayor. Por suerte me queda
la otra, que todavía se ríe con los payasos y se hace pipi en la cama. Benditas
lavadoras de sábanas meadas…
* Supongo que ya lo sabréis, pero por si acaso os recuerdo que acabo
de publicar un relato llamado “Regreso a Wonderland” que podéis descargar de
forma gratuita aquí y ese fue el motivo de creer que todo formaba parte de un
plan divino y o extraterrestre para que pasara algo indeterminado pero seguro
que sorprendente y maravilloso. A su manera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario