Había empezado a escribir una entrada graciosa.
Una de esas que comienzan normal pero después se van complicando.
Una de esas con persecuciones campo a través, diálogos absurdos y
un final divertido. Pero al final no. No me apetece, de verdad.
Los últimos meses
han sido un poco estresantes para mí. Tomé la decisión de dejar mi
trabajo con el camión en busca de una nueva dedicación menos
absorbente y que me dejara tiempo libre para vivir, para escribir y
poder promocionar mis libros como es debido, a pesar de tener una
familia que mantener con ese trabajo. Por eso han sido varios meses
de pensar, sopesar todas las opciones y salidas, con el consecuente
estrés, noches durmiendo regulín y pocas ganas de ser creativo,
jugar, o simplemente enfocar mi energía en algo que no fuera dar
tumbos en mi propia cabeza.
Después
ya lo sabéis. Que si un virus mortal que llega de oriente, nos
invade y nos obliga a encerrarnos en nuestras casas. Incertidumbre y
dudas. Miedo. Podemos perder la salud, podemos perder nuestra
estabilidad económica, nuestra forma de vida, la forma de existir
en definitiva. Y yo mientras tanto meditando
qué hacer, si tenía algún sentido pensar en cambios personales en
medio de una metamorfosis
global, y entonces suena el teléfono y todo cambia de una vez y sin
poder reaccionar.
En
los hospitales falta personal y yo estoy inscrito en la bolsa de
trabajo, así que me ofrecen comenzar a trabajar YA. Antes de todo
esto era improbable
que llamaran a alguien que llevaba años en el culo de esa lista,
pero es un momento excepcional
y entre bajas, deserciones y negativas ha llegado mi momento. Acepto.
Mando mi pasado (y quizás mi futuro) a tomar por saco y me enfundo
en el uniforme blanco.
No
entraré en detalles sobre lo que ahora hago. Realmente no es
demasiado agradable de explicar y este
blog no es el lugar para hacerlo. Además, yo había empezado a
escribir una entrada graciosa.
Mucho ánimo. Los cambios son difíciles y el momento no ayuda. Ha sido tu elección y no una obligación, así que seguro que irá bien.
ResponderEliminarUn abrazo a distancia y a luchar.
Gracias Sergio.
EliminarEsperemos que todo vaya bien y podamos jugar esa partida pendiente muy pronto.
Ya que hablamos en serio...
ResponderEliminarLlevaba desde que empezó este tinglado pensando como le iría a un camionero con toda esta movida, y hoy mismo comentábamos en la cena que qué haría la gente que hubiera dejado su trabajo antes de la pandemia y que incluso hubiera emprendido, que al menos no es tu caso.
Que hayas tomado la decisión de coger un trabajo así en estos momentos no sabría decirte si es bueno (has conseguido trabajo muy pronto) o malo (te estás jugando tu integridad física) pero sí te dire que lo ideal es que un curro signifique algo para ti y para los demás, y te aseguro que con esta situación, aunque sea un pequeño grano de arena, estás ayudando a mucha gente. Espero que eso te sirva para verlo de otra forma.
Y espero que cuando acabe la pandemia sigan contando contigo. Un abrazo (los virtuales no contagian)
Gracias Sr.
EliminarEra una decisión pensada con anterioridad, pero no esperaba que llegara de esta manera. Cuando termine esto es seguro que me quedaré en la calle, pero espero que la experiencia me sirva para poder reincorporarme pronto.
Si no, ya veremos qué hago. Tendréis que comprarme libros masivamente.
Mucha suerte, estar ahí fuera es peligroso.
ResponderEliminarGracias Eban.
EliminarDicen que lo que no nos mata nos hace más fuertes, pero yo me conformo con que no me mate.