La gente con poderes extraños forma parte de nuestro paisaje
habitual desde siempre, sin que ello altere nuestras rutinas o nuestra
percepción de la realidad de forma significativa.
Todo el mundo conoce o conoce a quien conoce a aquél señor
que cura las hernias con saliva o a quien rezando a un santo, hace que se le
cure el orzuelo al tío de… Del mismo modo, los ilusionistas que cambian cartas
en nuestra jeta, hacen desaparecer señoritas que aparecen en otra parte con
ropa diferente, o que adivinan números de lotería a posteriori, tienen su
espacio en las televisiones de todo el mundo y no pasa nada.
Pero los que mas me apasionan (a mi), son los videntes,
gentes capaces de adivinarte el futuro aunque no sea verdad, contarte cosas de
ti mismo a altas horas de la madrugada vía telefónica o hablar con las almas de
los fallecidos. Estos últimos, en gran proliferación desde la aparición de
películas estilo “El 6º sentido”, son capaces de pasarse por el forro todas las
leyes físicas y lógicas conocidas y no solo no pasa nada, sino que la gente les
cree a pies juntillas.
El más claro ejemplo en la actualidad es la señora Anne
Merdaint (el nombre puede variar, lo escribo de memoria), que se dedica a
comunicarse en vivo y en directo con los fallecidos (en un lenguaje universal
que ella misma se ha sacado de la manga) de personajes anónimos y famosos hasta
hacerles llorar. Ese es el motivo del éxito del programa: Famosos llorando.
Pero lo malo del asunto, y que conste que no tengo nada en contra de la señora
Merdaint ni deseo usar este blog para atacara a ella o a su equipo de
investigación que básicamente hacen que aquellos atormentados por la muerte de
sus seres queridos se sientan mejor, lo que me jode como decía, es que aquellos
que cuando yo era pequeño me decían lo de que “los fantasmas no existen” y que
me quitaban la ilusión cuando estaba viendo a Tamariz diciéndome que aquello
eran “trucos baratos”, ahora alucinan, pegados al televisor, y se cuestionan
todos los aspectos de su hasta el momento racional existencia.
Pero lo peor, peor… Lo que realmente me cabrea de todo esto…
Es que una vez me encontré con Gabino Diego por la calle y nunca nadie me ha
creído. ¿Tan raro es? Es un actor español (como yo), mediocre (como casi todos
nosotros) y de carne y hueso al fin y al cabo. ¿Es más fácil creer que una
señora gorda ha visto un fantasma a que yo haya visto un actor de cine por la
calle? ¿Porqué ella si y yo no? Mi conclusión es que la irracionalidad no
reside en la capacidad para creerse aquello que por lógica no puede ser, sino
en la incapacidad de creer lo creíble. O algo así.
Este es el gesto que me hizo Gabino cuando nos cruzamos por ahí.
Jijiji, ya estoy aquí.(Es un pareado). Interesante, me gusta que hables de la señora Merdaint, que reconozco me descolocó en su inicio. Lo de Gabino Diego, es porque confío más en los alienígenas de la sonda anal que en tu capacidad para los parecidos...
ResponderEliminarIsabel.
Pensé que esta entrada te haría reflexionar y replantearte lo d emi encuentro con el actor pero veo que no. Eso si, a partir de ahora no te voy a permitir ni un ápice de fantasía en esta vida. Ahora que todos tenemos camaras de fotos en el movil, vamos a tener que demostrar cada cosa que veamos.
EliminarYo le creo. Si dice que vio a Gabino Diego, ¿qué ganaría mintiendo? Una vez me di un golpe con Luis García Berlanga cuando al parecer ambos caminábamos despistados por Barcelona y también tengo que soportar miradas de escepticismo. ¿O es que uno de los mejores directores de cine español no podía ir caminando por la calle despistado?
ResponderEliminarSobre lo que comenta de la señora Ann Nosequé... mi relación con ella empieza y acaba con las sorprendentes ventas de su libro en la librería. Habla de muertos y de los gatos que tiene.
Gracias por comentar y por tener confianza en mi. Eso si, lo de Berlanga... No se que decirte pero me parece muy raro. ¿Tienes alguna prueba de que fuera él?
EliminarEsta entrada me recuerda a la canción que le dedicamos al bueno de Ciro, gracias a la influencia de la vidente que salía al Força Barça y además pudimos componer un gran hit que dió la vuelta al mundo. Aunque no lo creais de los videntes se pueden sacar muchas pepitas de oro o sino preguntadle a Capdemut, palabrita de Marw.
ResponderEliminarRecuerdo a esa vidente, que decía ser poseida por una virgen (a cuantos nos gustaría que nos poseyera una virgen...) y decía cosas incomprensibles, pero con ritmo, por eso lo de la canción. Que tiempos aquellos.
Eliminar¡Pero mira que sois raricos! En cuanto nos crucemos te hago cantar la canción de la vidente, solo así puede que llegue a creer lo de Gabino Diego.
ResponderEliminarLa canción de la vidente no solo existe, sino que la tenemos grabada (en formato analógico), remasterizada, digitalizada y hasta existe un CD con la misma y muchas otras. Te la puedo vender si eso.
ResponderEliminarLa canción de la vidente es a duo entre Capdemut y yo, o sea que no te la puede cantar sólo él. Tendrás que comprar el CD que tiene un precio de salida que oscila entre los 200€ y 300€ por ser de edición ultralimitadísima al haberse agotado ya de las mejores tiendas de música.
ResponderEliminarPues voy a tener que comenzar a ahorrar....
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