miércoles, 5 de junio de 2013

Therrormix, el cocinero del apocalipsis (Segundo contACTO)

Visiones


El tren pasa y espero en la oscuridad durante unos minutos. Las calles están vacías y reina el silencio. Lentamente me levanto, cruzo las vías y camino por el centro de la calle, lentamente, sin mirar en ningún punto fijo. Sé que desde las ventanas me observan, esperando ver en mi cualquier atisbo de humanidad o emoción para dar la alarma y cazarme. Debo llegar a mi casa. Allí estaré a salvo, al menos por un tiempo. Y mientras camino, recuerdo cómo comenzó para mí esta pesadilla.

Fue en una de esas comidas familiares campestres donde todo el mundo se lo pasa bien. Y entre saludos y necesarias cordialidades me encontré con la tía Maria. Tenía los ojos en blanco y un ictus sonriente en su rostro; En sus manos sostenía una bandeja con unos bollos raros.
-Pruébalos, hijo mío… los he hecho con la… thermomiiiiix.
-No, gracias tía… Me guardo el hambre para la paella.
-Está bueno. Coge, coge uno…
-No lo dudo, tia, pero no quiero comer antes de hora, gracias.
-¡Uno, prueba solo uno! ¡¡Unooo!!
Mi tia parecía fuera de sí por lo que me dispuse a dejarla de la forma más educada que se me ocurrió. Le di un empujón y le grité eso de:
-¡Déjame en paz, vieja senil!
Salí corriendo y me refugié en la casa con la vieja pisándome los talones. Cerré la puerta y ella comenzó a golpearla repetidamente; Vi su cara desencajada al otro lado del cristal, chillando y tratando de abrir. Debo reconocer que por un instante sentí miedo ante la posibilidad de que su locura hubiese aumentado su fuerza hasta niveles inesperados y lograra tirar la puerta abajo. Pero finalmente se hizo el silencio. Parecía que ya no estaba fuera. Habría encontrado a otro desgraciado a quien ofrecerle sus bollos. Me acerqué a la puerta, despacio, agarré el pomo… y en el momento en que lo giré la tía María saltó sobre mí gritando y babeando como una posesa; Pude mantenerla a raya con una silla mientras le golpeaba en la cara con un flexo hasta que alguien llamó desde afuera. Estaban sirviendo la paella. La tía María se calmó de repente, me sonrió, arregló su ropa arrugada por el forcejeo y salió. Bendita paella.

Pasaron algunas semanas, no demasiadas, cuando se celebró otra comida familiar. Esta vez fui preparado y llevaba un spray anti violadores por si me encontraba con la chiflada de la tía María. Llegué tarde para evitarla y me senté directamente en la mesa, lejos de ella. Sirvieron mi plato y donde debería haber arroz, encontré bollos de thermomix. Miré a mi abuela algo desconcertado.
-Hoy vamos a cambiar de menú. –Me dijo. –Me he comprado la thermomix.
Perdí el hambre al instante, incapaz de comprender tal cambio en mi abuela, que no dejaba de repetir lo rápido y fácil que era cocinar con el dichoso aparato. Me parecía tan raro que hubiese abandonado la cocina tradicional como que nadie más protestara. Todos comieron de esos bollos excepto yo, que me alimenté de berberechos y olivas rellenas de berberecho, mientras lentamente, todos trataban de convencerme de que comiera de los dichosos bollos. Ya había tenido bastante. Me levanté y me fui a un rincón donde me encontré con mi prima.
-¿Has visto a la abuela?- Le dije
-Si, está mejor de las piernas.

-No digo eso. La thermomix.

-Si, con lo bien que cocinaba, se ve que estaba cansada.

-Si la bisabuela levantara la cabeza…

-Le hace la vida más fácil. La thermomix.

-¿Y lo buenas que estaban sus paellas?

-Si pero… La thermomix…

-Que cabrona la abuela.

-Si…
Mi prima se quedó con la mirada perdida en el hiperespacio, así que me levanté y me fui. Las cosas se estaban volviendo raras y no pensaba quedarme allí a verlo. No sé si mi decisión de no comer me salvó la vida o solo me condenó a una existencia de miedo y paranoia. Quizás de haber sabido la vida que me esperaba, me habría rendido a la voluntad alienígena del “Therrormix”.


(No os perdais el emocionante e inesperado desenlace, la semana que viene aproximadamente)

2 comentarios:

  1. ¿Cómo puedes ser tan impreciso con la fecha de la publicación del desenlace? ¿Qué no sabes que nos morimos por leerlo? ¡No nos tengas en ascuas más!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Agradezco tu interés, pero debo pedirte que no seas tan egoista. Piensa que hay cientos (o decenas, o puede que unidades) de lectores que necesitan tomarselo con más calma.
      He dicho la semana que viene y eso implica de 2 a 9 dias. Tu tranquila.

      Eliminar