Visiones
El tren pasa y espero en la oscuridad durante unos minutos.
Las calles están vacías y reina el silencio. Lentamente me levanto, cruzo las
vías y camino por el centro de la calle, lentamente, sin mirar en ningún punto
fijo. Sé que desde las ventanas me observan, esperando ver en mi cualquier
atisbo de humanidad o emoción para dar la alarma y cazarme. Debo llegar a mi
casa. Allí estaré a salvo, al menos por un tiempo. Y mientras camino, recuerdo
cómo comenzó para mí esta pesadilla.
Fue en una de esas comidas familiares campestres donde todo
el mundo se lo pasa bien. Y entre saludos y necesarias cordialidades me
encontré con la tía Maria. Tenía los ojos en blanco y un ictus sonriente en su
rostro; En sus manos sostenía una bandeja con unos bollos raros.
-Pruébalos, hijo mío…
los he hecho con la… thermomiiiiix.
-No, gracias tía… Me
guardo el hambre para la paella.
-Está bueno. Coge,
coge uno…
-No lo dudo, tia, pero
no quiero comer antes de hora, gracias.
-¡Uno, prueba solo
uno! ¡¡Unooo!!
Mi tia parecía fuera de sí por lo que me dispuse a dejarla
de la forma más educada que se me ocurrió. Le di un empujón y le grité eso de:
-¡Déjame en paz, vieja
senil!
Salí corriendo y me refugié en la casa con la vieja
pisándome los talones. Cerré la puerta y ella comenzó a golpearla
repetidamente; Vi su cara desencajada al otro lado del cristal, chillando y
tratando de abrir. Debo reconocer que por un instante sentí miedo ante la
posibilidad de que su locura hubiese aumentado su fuerza hasta niveles
inesperados y lograra tirar la puerta abajo. Pero finalmente se hizo el
silencio. Parecía que ya no estaba fuera. Habría encontrado a otro desgraciado
a quien ofrecerle sus bollos. Me acerqué a la puerta, despacio, agarré el pomo…
y en el momento en que lo giré la tía María saltó sobre mí gritando y babeando
como una posesa; Pude mantenerla a raya con una silla mientras le golpeaba en
la cara con un flexo hasta que alguien llamó desde afuera. Estaban sirviendo la
paella. La tía María se calmó de repente, me sonrió, arregló su ropa arrugada
por el forcejeo y salió. Bendita paella.
Pasaron algunas semanas, no demasiadas, cuando se celebró otra
comida familiar. Esta vez fui preparado y llevaba un spray anti violadores por
si me encontraba con la chiflada de la tía María. Llegué tarde para evitarla y
me senté directamente en la mesa, lejos de ella. Sirvieron mi plato y donde
debería haber arroz, encontré bollos de thermomix. Miré a mi abuela algo
desconcertado.
-Hoy vamos a cambiar de menú. –Me dijo. –Me he comprado la
thermomix.
Perdí el hambre al instante, incapaz de comprender tal
cambio en mi abuela, que no dejaba de repetir lo rápido y fácil que era cocinar
con el dichoso aparato. Me parecía tan raro que hubiese abandonado la cocina
tradicional como que nadie más protestara. Todos comieron de esos bollos
excepto yo, que me alimenté de berberechos y olivas rellenas de berberecho,
mientras lentamente, todos trataban de convencerme de que comiera de los
dichosos bollos. Ya había tenido bastante. Me levanté y me fui a un rincón
donde me encontré con mi prima.
-¿Has visto a la abuela?- Le dije
-Si, está mejor de las piernas.
-No digo eso. La thermomix.
-Si, con lo bien que cocinaba, se ve que estaba cansada.
-Si la bisabuela levantara la cabeza…
-Le hace la vida más fácil. La thermomix.
-¿Y lo buenas que estaban sus paellas?
-Si pero… La thermomix…
-Que cabrona la abuela.
-Si…
Mi prima se quedó con la mirada perdida en el hiperespacio,
así que me levanté y me fui. Las cosas se estaban volviendo raras y no pensaba
quedarme allí a verlo. No sé si mi decisión de no comer me salvó la vida o solo
me condenó a una existencia de miedo y paranoia. Quizás de haber sabido la vida
que me esperaba, me habría rendido a la voluntad alienígena del “Therrormix”.
(No os perdais el emocionante e inesperado desenlace, la semana que viene aproximadamente)
(No os perdais el emocionante e inesperado desenlace, la semana que viene aproximadamente)
¿Cómo puedes ser tan impreciso con la fecha de la publicación del desenlace? ¿Qué no sabes que nos morimos por leerlo? ¡No nos tengas en ascuas más!
ResponderEliminarAgradezco tu interés, pero debo pedirte que no seas tan egoista. Piensa que hay cientos (o decenas, o puede que unidades) de lectores que necesitan tomarselo con más calma.
EliminarHe dicho la semana que viene y eso implica de 2 a 9 dias. Tu tranquila.