RECUERDOS
Desde mi escondite veo pasar los vagones de un tren
larguísimo repleto de artefactos terribles creados para dominar y subyugar a la
humanidad entera; Cuando lleguen a su destino serán repartidos por todo el
mundo y todo habrá acabado. Debo reconocer que lo pensé. Debo admitir que hubo
un momento en el que quise hacerme el héroe y tratar de evitarlo a toda costa,
pero… ¿A quién quiero engañar? No puedo dejar que me maten por tan inconsciente
acto. Llevo pensándolo desde hace horas, puede que días, y no va a ser tan
difícil imitarles, mezclarme entre ellos y vivir como pueda los años que me
queden. Echaré de menos mi antigua vida, el viejo mundo, pero lo importante es
vivir para ver un nuevo amanecer. El tren se aleja, dejando solo el sonido de
las vías y mirando al cielo, recuerdo cómo todo empezó.
La primera vez que oí hablar de la thermomix fue hace unos
pocos años en una conversación casual, en un lugar casual. La cosa fue así:
-Fulanito se ha comprado la thermomix.
-¿Y qué es eso?
-Un robot de cocina que por lo visto lo hace todo.
-¿Y no tienes que cocinar tu?
-No.
-Pues vaya mierda. Donde esté un huevo frito con patatas.
-Ya ves, y encima vale 1000 euracos.
-¿!000 euros? Eso no se lo comprará ni dios.
-Fulanito es idiota, ya sabes.
-Menudo capullo.
-Un gilipollas, ya ves.
Y así quedó la cosa hasta que unos meses, o años, no sé, en
otra conversación casual con una prima mía de toda la vida, me nombró de nuevo
el dichoso aparato.
-¿Sabes lo que es la termomix?
-Si.
-La tia Maria se ha comprado una.
-Que pasa… ¿Qué no sabía cocinar?
-Eso será, siempre ha sido un poco inútil.
-Una pesada es lo que es.
-Menuda vieja loca.
-Una gilipollas, ya ves.
Y no le di más importancia, como si me hablaran de una secta
maligna de esas con las que lavan el cerebro a la gente pero no te importa nada
porque a ti eso no te toca. Pero las redes de la thermomix se extendían de
forma sigilosa, como los skaven reptan bajo los cimientos de las ciudades, como
ninjas acechando en la noche. Si la humanidad hubiese sido consciente de ello,
puede que nuestro mundo se hubiese salvado. Pero nadie, ni siquiera yo mismo
siendo ahora uno de los pocos humanos con voluntad propia, fui capaz de predecir lo
que sucedería unos meses después.
Chan chan chachan... No os perdais el segundo acto porque allí comienza la acción
Nos tienes en ascuas, no tardes en publicar el próximo!!!!
ResponderEliminarPos ya lo tienes allí arriba. No si cuando me pongo en plan efectivo, me pongo.
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