Desde
los albores de la humanidad, los hombres (léase hombres) han seguido un firme
propósito común: Convertirse en una masa de músculos informe. ¿El objetivo?
Atraer sexualmente a las hembras que aseguran que no les gustan los hombres
musculados pero que rechazan enérgicamente a los que no lo están. Sí amigos,
estamos ante una de esas paradojas sobre las que se sostiene nuestra existencia.
Pero para tratar de comprenderla, al menos en su capa más superficial, debemos
analizar el origen y el porqué de los músculos.
Los
albores de la humanidad
Durante mucho tiempo, tener músculos significaba tener
fuerza y eso significaba tener poder. El cachitas ganaba al tirillas y las
jerarquías tribales estaban perfectamente definidas. Pero a medida que la cosa
se iba complicando los músculos se iban volviendo más prescindibles,
convirtiéndolos en algo más estético que práctico.
Los
bíceps
Llamado comúnmente “la bola”, éste músculo determinaba quién era fuerte
y quién no; daba igual si el tío tenía una barriga de hipopótamo o medía 1’50
de altura. Los bíceps mandaban. En las típicas peleas de bar, el que tenía los brazos más gordos ya había ganado antes de empezar.
Los
pectorales
Con el tiempo los bíceps pasaron a un segundo plano para abrir las puertas
a los pechos lobos, asomando bajo camisas desabotonadas y saliendo de piscinas
para tomarse unos daikikis, o como se llame eso. Ya no bastaba con tener unas
manos enormes y los brazos como las piernas de un leñador noruego; había que
lucir pecho.
Los
abdominales
La evolución muscular ha llevado hasta la conocida como “tableta”,
que no son más que una especie de tumores situados entre el pecho y la polla
que a pesar de su repulsivo aspecto, si se acompañan de depilaciones laser y
peinados modernillos, actúan como imanes para las mujeres y algunos hombres
también.
Y como
no, están aquellos que deciden darle a todo, vender su alma a los gimnasios y
tratar de ocultar sus miedos y frustraciones bajo kilos y kilos de masa
muscular hiperhormonada, pero eso, se escapa de lo que yo quería explicar aquí.
Aunque esta entrada, en realidad, no es más que una excusa para poner fotos de tíos
cachitas que he escrito pensando en mi mujer, que desde que leyó la que
publiqué sobre tetas hace unas semanas, me tiene durmiendo en la bañera y os
aseguro que el frio y la humedad no son demasiado compatibles con el reposo
Ay! qué fuerte! Luego nos extrañamos cuando tus amigos creen que eres abstemio por mi culpa..., y que te cortas el pelo porque yo te lo exijo..., si es que tengo una fama. Aclaración: Josep nunca ha dormido en la bañera, ni siquiera en el sofá.
ResponderEliminarLa entrada no está mal, aunque la selección de los maromos no es muy de mi agrado.
¡Pero si los elegiste tu!
EliminarMe dijiste que el niñato del corpúsculo, el Jeremy Klain ese y sobretodo, sobretodo, Bud Spencer.
Es que contigo nunca se acierta...
Hacer una entrada de este tipo y no poner a Breth Michaels, Sebastian Bach o Dave Mustaine(este lo pongo por cierta persona) es imperdonable, te mereces un grave suspenso.
ResponderEliminarP.D: Bud Spencer lo ha elegido Josep con un 100% de seguridad... ¿¿¿Quién diablos són los otros dos???
Comparto tu afinidad por las estrellas del rock sexis, pero esta entrada iba de músculos básicamente, y de eso Sebastian Bach escasea.
EliminarEl Jeremy ese tampoco parece muy cachas y Bud Spencer ya me dirás, el único que puede presumir de cachas es el niñato ese de Cacapúsculo. Estoy seguro que Sebastian Bach se los come en patatas a los tres, ¿No recuerdas ese video en el que salta del escenario para atizar a los fans a patadas?
EliminarVideo mítico en el que un fan le tira algo al pelo y el tio le salta encima de l cara con sus botas de piel de fardatxo por delante.
EliminarLo tengo en casa y me lo pongo los dias en los que necesito motivación.
Es que Sebastian Bach... te podías meter con su abuela, llevarte a su madre al cine... pero tocarle SU pelo...
ResponderEliminarBueno, yo realmente pasaba por aquí para decir ¡cómo mola Bud Spencer! Es una lástima que no sigan poniendo sus películas tan a menudo como siempre. Parece ser que está mal visto dar una torta a mano abierta pero no que un niño de 8 años se vicie con el GTA, Medal of Honour y esas cosas. Por cierto, 84 años que tiene el hombre (me refiero a Bud).
Y ya de paso, comentar que me parto con las pelis de Crepúsculo... alguna vez que las han puesto en la tele (ah, esas sí las echan), haciendo zapping, he comprobado que resulta casi imposible encontrar una secuencia en la que no salga el menda ese que has puesto en tu entrada con la barriga al aire... ¿a nadie le extraña que alguien vaya por los bosques con esa pinta? Si fueran las horas previas a un concierto de Manowar, bueno, no sería raro, pero en USA se ve que te puedes asomar por la ventana de tu cabaña de los bosques y te encuentras con el tipo con la cara de mal genio, nariz aplastada y esa tableta ominosa.
Como Blogger no deja pegar imágenes en los comentarios (quizá sabiamente), ahí dejo esto:
http://www.mandependence.com/wp-content/uploads/2012/02/Twilight-Blade.jpg
Como bien dijo ese experto en cine "Crepúsculo cuenta la historia de una chica que debe elegir entre la zoofilia o la necrofilia". Partiendo de eso, cualquier cosa rara se puede esperar en esa peli.
EliminarY si, Bud Spencer se ventila a ambos de dos guantazos, uno de lado y otro de arriba a abajo.
Con 84 años no creo que este para dar muchas tortas el pobre Bud...
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