Hace
unos meses, la red entera se sacudía emocionada por el increíble descubrimiento
descubierto (¿ehm?) por un tal Jim Wilson el día en que se le ocurrió grabar el
estridente y desagradable (para las gentes de ciudad) canto de unos grillos y
luego reducir la velocidad del audio con la premisa de que los insectos viven a
un ritmo más acelerado que nosotros, para obtener una especie de cadencia
melódica que fue conocida como “Canto celestial de los grillos” (puede oírse
aquí ), argumentando que es así como
ellos mismos lo oyen.
Como
no, la comunidad religiosa y pseudocientífica alzó sus estandartes de fe y de
“esto es tan bonito que no puede ser casualidad sino la obra de un Dios
benevolente a pesar de que en Gaza a los niños los estén abriendo en canal” y
utilizaron el canto de los grillos como una forma de demostrar al mundo que lo
que ellos dicen sí y lo que dicen los otros no.
Pero
claro, hay mucho desaprensivo suelto y un tal Carlos Kawash no tardó en
burlarse del asunto (podéis oír el audio aquí ) para luego rematar
demostrando al mundo que tal coro angelical fue un montaje ya que el sonido de
los grillos es percutor y no melódico por lo que ese tal Jim Wilson tuvo que
hacer un inserto con voces humanas o no se qué (véanlo aquí).
Pero
yo, adalid de los ignorantes y los vagos, salí la otra noche a cazar un grillo
para grabar, ralentizar y descifrar su cántico y así evitaros hacerlo por
vosotros mismos y aunque no tengo ni idea de cómo subir un video al yutube, voy
a escribir el mensaje REAL que el grillo transmite con su incomprensible canto.
Allá va:
¡Soy un
grillo macho, soy un grillo macho! ¡Busco hembra receptiva, busco hembra
receptiva! ¿Quiero follar, quiero follar, quiero follar…!
Y como
éstas, varias frases más que no voy a poner por ser inadecuadas en horario
infantil. De nada.
¡Oh si nena, ponte a seis patas! |
Vale, ahora lo tengo claro.
ResponderEliminarDe nuevo gracias, doctor Testículo, por dar luz a una polémica que desconocía, pero que ahora considero imprescindible. Así que el sonido del grillo es percutor y no melódico. Bueno es saberlo. Ahora escucharé con otros oídos al joputa del grillo que canta en los árboles de delante de nuestra habitación (a mí no me molesta, pero a A. le sale una mala hostia...)
En estos asuntos, como en general en la vida, conviene ser razonablemente escéptico.
ResponderEliminarYo recuerdo un experimento parecido sobre el canto de las ballenas. Al parecer, su canto es una mezcla de "hijosdep**a humanos, venga a tirar mi**a" y "apartate tiburón, que te reviento"...
Magistral entrada! Un saludo