Saludos queridos lectores y lectora. Habréis notado que este blog ya no se actualiza con la regularidad de antaño, que cada vez es menos gracioso y más curioso y seguramente estaréis pensando que me he enriquecido tanto con mi nuevo libro (que por cierto podéis adquirirlo ya en formato digital por 2 miserables euros aquí) que ya no escribo para la plebe... Y no vais del todo desencaminados.
Lo que pasa es que estoy escribiendo de forma no pública, trabajando en varios proyectos paralelos que ocupan mi escaso tiempo libre y claro... los blogs se resienten. Es por ello (por vosotros) que he pensado en ir publicando aquí, por entregas, el que será mi próximo relato, en plan borrador. de este modo no solo os doy contenido que leer y reavio el blog sino que os convierto en lectores beta y eso que me ahorro para el futuro.
¿Que no exisitían los planes perfectos decíais?
Aquí os dejo el principio de mi nuevo cuento, sin título todavía porque hasta eso espero que me deis hecho.
Abrazos.
01-
Revisó la documentación por enésima vez antes de llamar al timbre.
Tenía los resultados negativos de enfermedades venéreas, una
declaración jurada sobre no mantener relaciones sexuales ni consumir
drogas intravenosas hasta ese momento y fotocopias compulsadas del
DNI y pasaporte, este último por si acaso. Estaba recién duchado,
afeitado, depilado, perfumado y además había estado haciendo
flexiones para tener los músculos algo más tonificados. Aspiró
profundamente y pulsó el botón.
Un
hombre joven con la cabeza afeitada le abrió la puerta y le invitó
a pasar, a través de un pequeño recibidor que olía a incienso y
sudor, hasta una sala de espera donde media docena de jóvenes le
observaban nerviosos. Había cuatro chicos y dos chicas que captaron
inmediatamente toda su atención. La primera era una muchacha pequeña
en todas sus dimensiones; bajita, delgada, con el cabello muy largo y
cara de inocente; parecía una niña, aunque estaba claro que no lo
era. La segunda era todo lo contrario; alta, robusta, voluptuosa y
con una mirada tan incisiva que le obligó a girar la cara.
Se
preguntó con cual de las dos le tocaría, sin tener realmente
ninguna predilección. Era la primera vez que se presentaba a un
casting pornográfico y se conformaba con que los nervios no le
jugaran una mala pasada.
Pasaron
unos escasos quince minutos cuando le tocó el turno. Había sido
extraño porque no entraban por parejas como él había supuesto en
un principio si no uno a uno y en turnos muy rápidos. Los tres
primeros chicos salieron rápidamente con caras agrias, después la
chica grande que salió a la calle claramente enfadada y se quedó en
la puerta fumando, como si esperara una segunda oportunidad, después
la chica pequeña, que fue la única en quedarse dentro y el último
chico se marchó antes de que lo llamaran. Cuando le tocó su turno
los nervios se le crisparon y tuvo que concentrarse en controlar su
respiración para aliviar tensiones.
Entró
a la siguiente sala y se encontró frente a una mesa en la que había
una chica sentada. Más atrás el del pelo rapado estaba apoyado en
una pared , junto a otra puerta, con los brazos cruzados y no había
ni rastro de la chica pequeña. “Me estará esperando en la otra
sala para rodar alguna escena” pensó con algo de emoción, hasta
que la chica de detrás de la mesa habló.
-No
te quedes ahí parado que no nos sobra el tiempo -empieza a
desnudarte.
Algo
avergonzado por su falta de iniciativa se acercó a la mesa, dejó
encima todos los papeles, que fueron ignorados por ella y comenzó a
quitarse la ropa. Zapatos, camiseta, pantalones… Antes de bajarse
los calzoncillos la observó bien. Era una chica joven, delgada, con
una mirada penetrante que le daba un aire peligroso; su cuerpo
esbelto y fibrado parecía el de una acróbata olímpica. Era
atractiva a su manera, pero algo en ella le daba mal rollo.
-¿Qué
parte de que no nos sobra el tiempo no has entendido? -le espetó.
Con
un rápido movimiento se quitó la ropa interior y ella le observó
la entrepierna. Cinco largos segundos aproximadamente.
-Siguiente
-dijo sin mostrar ninguna emoción.
-¿Siguiente?
Pero…
-Siguiente
he dicho.
-Pero…
¿Por qué?
-Siguiente
y punto -terminó la chica la conversación. -Vístete rapidito y
desaparece.
Cruzó
la sala de espera hecho una furia, con la ropa a medio arreglar y una
pareja que al parecer habían llegado después de él le observaron
algo asustados hasta que salió a la calle. Estaba indignado, se
sentía humillado y se arrepentía del maldito día en que pensó que
hacerse actor porno podía ser una buena idea. Se arregló la ropa,
arrugó todos los papeles, los tiró a una papelera y luego se apoyó
en la pared para relajarse. El aire de la mañana era fresco y olía
ligeramente a tabaco, aunque la chica grandota ya no estaba allí. Le
temblaban las manos de pura rabia. ¿Le habían rechazado por tenerla
pequeña? A él no le parecía que su pene fuera especialmente
pequeño; sin duda no era un monstruo, pero tampoco algo por lo que
rechazarle de esa forma tan expeditiva. Aunque lo cierto era que
nunca se lo había planteado. Quizás sí que tenía un miembro
ridículo y ninguna de sus parejas hasta el momento se había
atrevido a decírselo por pura pena. Quizás el tamaño de su pene
era en realidad el origen de todos sus problemas hasta el momento.
Sentimentales, sociales, laborales… Y ahora le habían expulsado de
allí por culpa de ello. Vio un bar justo en la acera de enfrente y
decidió ir a ahogar sus penas.
Continúa aquí.
Continúa aquí.
El tens q ficar com a microrelato (xiste facil i dolent)
ResponderEliminarMe mola la idea. Dices en Instagram que te pongamos sugerencias... la has cagado.
ResponderEliminarNo me ha gustado que tirara todos los papeles, datos personales, DNI y todo a la papelera, como se enteren los de LOPD se va a cagar... yo hubiera dejado los papeles allí, al irme tan cabreado, porque soy muy despistado.
ResponderEliminarSugerencia apuntada.
EliminarGracias Pezón.
Está bien que salga de casa duchado, afeitado, depilado y perfumado. A mí me enseñaron que también tenía que salir meada, cagada y con una muda limpia, porque nunca se sabe...
ResponderEliminarA veces no hay que dar tantos detalles...
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