Desde
hace algún tiempo nuestro querido amigo y lector de este blog Sr. Rojo viene
comentando que le gustan las frases finales de las entradas. Por supuesto, tal
afirmación no es fruto de una locura senil por parte del muchacho, sino que
responde a una observación lógica que quizás se les ha pasado a otros lectores
(o debería decir al otro lector), ya que como todos sabemos, en este mundo nada
es casualidad y ese “nada” incluye muchísimas cosas, empezando por las que
escribo.
El
éxito de esas frases finales se debe a que como ahora voy de escritor por la
vida, estoy estudiando técnicas narrativas y poniéndolas en práctica aquí,
utilizando a mis lectores como cobayas humanas con tal de mejorar mi narrativa
y encumbrarme así hasta las cimas del éxito, el dinero, la fama y las mujeres.
Pero vamos a lo que vamos.
La
técnica de la frase exitosa tiene un nombre que proviene del francés y que es
“petite phrase” (pronunciado ptgrgrgrrrr pgrgrgrrr, que los franceses hablan
como si se hubiesen tragado una paloma) y que traducido a nuestra lengua
predilecta (y también la de millones de personas) viene a significar “pequeña
frase”. Esta técnica se utiliza mucho en textos cortos, tales como columnas de
opinión o más habitualmente (casi exclusivamente) en discursos políticos y
consiste en escribir un montón de tonterías sin ton ni son, rematadas con una
frase pegadiza que el lector debe enfatizar de modo que al final sea lo único
que permanezca en la memoria de todo el texto. ¿Lo pilláis?
Si os
fijáis en cualquier discurso político de los que salen por la tele (sí, ya sé
que cuesta) os daréis cuenta de que por muchas soplapolleces y contradicciones
que se pronuncien, las masas escuchantes solo parecen reaccionar ante la última
frase, sentenciando con ella todo el discurso. Un ejemplo:
“Os
vamos a subir la luz, el gas y el agua, os vamos a recortar los derechos
laborales así como los sueldos, nos vamos a cargar la sanidad y la educación
para que os sintáis como borregos asustados a merced del capital que nosotros
mismos controlamos pero todo esto ES NECESARIO POR EL BIEN DE ESPAÑA.”
Y la
peña allí golpeándose los pechos hinchados de orgullo patrio y corriendo a
votar a esas buenas gentes que solo quieren lo mejor para su querido y amado
país. ¿Ahora lo pilláis mejor?
Como os
decía, esto de la petite phrase es solo un recurso que se utiliza en contadas
ocasiones en la literatura, pero que es bueno conocer para no caer víctimas de
ello, alejarse de la multitud y sentirse diferente para que puedan marginarte a
gusto por ser diferente al resto de borregos del rebaño. Como buenas ovejas
negras.
Y así a
modo de despedida querría decir que me caéis como el culo, me aburren vuestros
comentarios y a veces desearía cerrar el blog solo por no volver a ver vuestras
fotitos de perfil ridículas, pero que sigo aquí porque me reís las gracias y me
aplaudís como aplauden las focas al domador, pero eso sí, OS AGRADEZCO
ENORMEMENTE QUE SIGAIS AQUÍ APOYANDOME.
Ante todo decir que es "un honor" inspirar una entrada en este blog (o en cualquier otro), pero esta vez la mejor frase no es la última, si no la de los franceses... aún me estoy riendo.
ResponderEliminarPD: En realidad has sacado esta entrada para disimular la anterior, ¿verdad?
Gracias a ti por brindarme inspiración.
EliminarPD: Shhhhht...
Nunca me había dado cuenta de la frase final... o puede que sí, pero vamos, que lo que me suele calar son las fotos de jugadoras de voley. De esas sí que me acuerdo.
ResponderEliminarSé que gustan, pero no puedo abusar de ellas u os acostumbraréis y al final no os causarán efecto alguno.
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