Una
vez, hace muchos años ya, un profesor de gimnasia (ahora educación física) algo
iluminado, decidió ponernos a todos a correr como locos para comprobar como
estábamos “de fondo”; Esta expresión que suena un tanto pederasta, es en
realidad un término muy utilizado en ambientes deportivos. La cuestión es que
allí estábamos, una veintena de niñatos de 13 años dando vueltas a la pista de
futbol mientras el profesor nos observaba. Yo fui el primero en desfallecer,
como de costumbre, y el buen hombre se me acercó y me dijo: “Esto te pasa por
fumar”. No me sorprendió su idea, ya que yo era el crio con peor aspecto-base
de clase, pero me indignó que me juzgara sin conocerme de nada. “Yo no fumo.”
Le respondí, pero él me miró con desprecio y calló. Ahí termina la anécdota,
aunque quiero resaltar que si había niños fumadores en mi clase y que quedaron
en muy buena posición al final.
Hace no
tanto pero bastante, acudí al dentista con la alegría que ello conlleva y,
además de los empastes que me puso, el dentista decidió obsequiarme con un
comentario. “El tabaco, el alcohol y el café te están amarilleando los
dientes.” “Fero fi yo no fumo ni bebo, ni tfomo café”, respondí yo con la boca
dormida, y él me miró con indiferencia, como si mi frase no sirviera para nada.
Y además me cobró una pasta.
Y hoy
mismo, mientras me hacían un tacto rectal (esto es una cosa que le hace dudar a
uno sobre la verosimilitud del cine porno) la doctora ha dicho algo así como
“Uy, este intestino está mal, mal” y yo me he sentido tentado de responderle un
“Claro, está como el culo” pero he pensado que no era el momento ni tenía la
confianza con esa señora y me he callado. Acto seguido me ha aconsejado no
fumar ni beber (ootra vez) y me ha dado una estricta dieta compuesta por las
cosas que ya como habitualmente y excluyendo todo aquello que no como nunca o
casi nunca. Si sigo esta dieta estaré mejor según la médica, pero teniendo en
cuenta que ya la seguía de antes sin saberlo, no he sabido qué pensar.
Y me
siento mal. Decepcionado con la vida (a nivel biológico mismo me refiero) y me
he preguntado el porqué de estos achaques llevando una vida sana. Quiero que
conste que no lo hago por salud; Yo tengo los hábitos que tengo porque me
siento bien con ello y no necesito nada más, pero un poco de agradecimiento por
parte de mi propio cuerpo no me vendría mal. Hablando con mi mujer hemos
llegado a la conclusión de que de no ser por mi estilo de vida estaría mucho
peor, pero eso no me consuela.
Al
final decido distraerme un poco viendo un documental de la2; El magnífico
equilibrio entre belleza y crueldad de la naturaleza me fascina y hoy están
saliendo unas cabras de esas extranjeras tan bonitas. Una voz en off trata de
que las rutinas cabriles resulten interesantes mientras siguen a una de ellas,
un tal macho alfa al que se habían tomado la molestia de bautizar. Entonces
capto algo raro por detrás; En un segundo plano, entre cabras lozanas y
robustas hay una con mala pinta, con el pelaje despeinado y movimientos lentos.
“¿Qué le pasará a esa cabra?” me pregunto; Come lo mismo que las otras, se
comporta igual y vive con ellas. ¿Por qué está tan visiblemente jodida? Y
entonces llega el león que no puede faltar en ningún documental porque si no
hubiese sangre eso no lo vería ni la madre del cámara que se jugó la vida
filmando todo eso. Todas las cabras salen en desbandada y… ¿A quién pilla el
león? A la cabra chunga. Y mientras se la come viva me doy cuenta de quién soy
y qué hago aquí. Yo soy la cabra chunga y me consuelo pensando que por lo
menos, los humanos no tenemos depredadores naturales.
No me mires así... Yo no tengo la culpa de que te haya tocado ser la cabra chunga de la manada. |
Bueno, revisando tu blog, he leído esto, y tengo que decir que este hombre es el rey del drama. Eso sí, compaginas bastante bien realidad y ficción. Lamento y flipamiento a partes iguales señores!!
ResponderEliminar¿Rey del drama?
ResponderEliminar¿Realidad y ficción?
¿Lamento y flipamiento?
Mi no comprender.
Yo ya no concibo este blog sin flipamiento. Espero que el tacto rectal, por lo menos, te lo hicieran con cariño y sensibilidad.
ResponderEliminarEl tacto rectal me lo hicieron sin mucho amor, la verdad, o eso me pareció a mi. Pero en mi defensa voy a decir que la doctora era una de esas médicas sexys con medias negras debajo de la bata.
ResponderEliminarPero tú fuiste al médico o grabaste una peli porno, porque ese tipo de médicas no existen en la realidad. Lo más probable es que quien te sodomizó (por el bien de tu salud, claro)no era una doctora sexy sino un doctor rechoncho y sudoroso que te susurraba al oído con su aliento putrefacto: este intestino está muy mal, pero que muy muy mal, has sido un chico muy muy malo....
ResponderEliminarDéjate de pelis raras. Era una médica sexy, y tengo dos testigas.
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