Yo no
veo mucho la tele, pero mi mujer sí y por lo tanto yo también, y es así como me
he ido fijando en la enorme cantidad de programas gastronómicos que existen.
Será moda, será que la gente de repente quiere aprender a cocinar o será que no
dejan de ser un Gran Hermano en la cocina, pero sea como sea, parece que han
venido a sustituir a todos esos cantarines y tertulianos exaltados a los que
nos tenía acostumbrados la mal llamada caja tonta (los tontos somos nosotros
por mirarla todo el rato como gilipollas).
Pero el
caso es que, además de que he empezado a escribir una entrada sin tener muy
claro de qué voy a hablar y mucho menos como la terminaré, me parece que he ido
pillando las pautas básicas de esos “realitys” y cómo se hacen con la atención
del público, y no son tan diferentes a las de otros programas relacionados. Y
ahí van:
1:
Gente anónima. Lo más parecido a salir por la tele (y cumplir así el sueño de
todo ser humano) es sentirse muy identificado con alguien que sale en ella. Es
por ello que meter una enorme variedad de seres humanos con sus defectos, sus
neuras y sus idioteces ante las cámaras es el primer paso.
2:
Gente con habilidades limitadas. Vale que van de expertos y que algunos saben
bastante, pero siempre llega un momento en el que piensas: “Mira lo que ha
hecho el inútil este, será posible…” y ello nos hace sentir bien.
3:
Gente llorando. No hay nada como ver cómo humillan a los demás y les presionan
hasta el límite de sus fuerzas. Un adulto llorando a moco tendido porque el
pollo le ha quedado salado y el chef le ha pegado la misma bronca que si
hubiese envenenado a su madre es un espectáculo irrepetible.
4:
Personajes extraños. Además de los concursantes, algunos de los cuales son
gentes de museo, tenemos a cocineros profesionales como el chef Ramsey “escupesalsas”
que disfruta diciéndoles a los concursantes que lo que han hecho es basura o en la edición española a un tal Yayo Laporta
que está entre Forrest Gump y el T-1000 de Terminator2.
Pero a
lo que quería ir desde el principio es que estos programas son a la cocina
(doméstica) lo mismo que la pornografía al sexo (domestico). Es decir que allí
ves cómo se hacen las cosas que nunca comerás, cuales son los ingredientes que
nunca tocarás y las cocinas en las que nunca te verás. Es un programa que ves
en pareja y te abre el apetito de cosas que luego no te van a salir igual y que
aun poniéndole empeño, muchas de ellas acaban dando un poco de asco, como los
testículos de mono con curry y leche materna de perro.
Así que
habrá que esperar, a ver qué será lo siguiente. Yo tengo varias ideas pero no
voy a pronosticar nada, que luego me dicen que soy influencia y creador de
tendencias y no, ese rollo no me va.
Aquí vemos a Courtney, la ganadora de la quinta edición del Masterchef americano. En serio. |
Jo, lo que me he reído... porque es verdad como la vidad misma... ;)
ResponderEliminarOh!
ResponderEliminarAlguien ha leído esta entrada!
Y dice que le ha gustado!
Te agradezco el comentario, amigo. Nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero puede que con él hayas salvado el blog.