sábado, 13 de mayo de 2017

De camioneros y alineamientos


Amigos, sé que lo que voy a escribir hoy me va a traer problemas en un futuro cercano (y también a medio y largo plazo), pero tengo que contarlo. Tengo que contarlo porque mi consciencia ya no puede más, mi moral se resquebraja y, porque no decirlo, soy un bocachancla y un chivato y si veo la oportunidad de hacerle daño a algien revelando un secreto de esos bien guardados por muchos, lo hago. Y ahí va mi historia.

Cuando era un chaval post adolescente de tan solo 28 años, "decidí" por "voluntad propia" y "sin ningún tipo de presión", sacarme el carné de camión. Como digo, fue una decisión personal de esas que se toman para intentar mejorar, llegar mas alto, ganar más dinero y poder hacer cosas que otras personas solo sueñan, como mirar el escote de las chicas desde otra perspectiva. Pero cual fue mi sorpresa al comprobar que además de los tres examenes de los que consta el susodicho carné (teórico, circuito cerrado y practico), había un cuarto examen secreto; un psicotécnico destinado a calcular el nivel de maldad del examinado. Tal psicotecnico dividía alos caminoeros en "del bien" o "del mal". A partir de ese momento los futuros camioneros fuimos separados en dos grupos e instruidos con las normas de circulación secretas. De este modo, los camioneros del mal deben cruzarse en las rotondas, no ceder el paso a nadie, tocar las bocinas delante de hospitales y silbar a las chcas por la calle. Los camioneros del bien, en contrapartida, deben ser cívivos (siempre dentro de las posibilidades) y, como no, combatir a los camioneros del mal.

A mi me tocó seguir el camino del bien, por lo que tengo la acreditación que me permite utilizar los lavabos mas limpios de las gasolineras, que los refritos de los bares de carretera no estén tan aceitosos y que las prostitutas se molesten en fingir orgasmos, entre otras ventajas menores. Los camioneros del mal, en cambio, aunue viven una vida mucho más dura en cuanto a servicios recibidos, tienen la satisfacción de poder hacer lo que les venga en gana y sentirse los reyes de la carretera.

Así que ya lo sabéis, queridos lectores. No sé si haber desvelado esto me va a dejar fuera de circulación (chiste malote), pero tenía que contarlo. Para advertiros a vosotros, oh abnegados seguidores de este blog que me habéis acompañado durante tantos años, de que tengáis cuidado con los camioneros malvados y que si alguna vez tenéis problemas en carretera, busquéis a uno de los buenos, el cual os ayudará sin dudarlo, aunque ello le cueste la ruta.

Y ahora viene lo decisivo: ¿Como diferenciarles? Muy fácil, ya que en las autoescuelas donde hacen los exámenes se preocupan de colocar pequeños tatuajes con el símbolo del bien (o del mal) en la base de los testículos de cada futuro chofer. Así que cuando os encontréis con un camionero, por rudo y malaspulgas que parezca, sólo tenéis que pedirle que os enseñe los huevos. Ya veréis qué bien. De nada.
El típico vehículo de camionero malvado.


3 comentarios:

  1. Deberían hacer una película de esto. Basada en hechos reales, claro.

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  2. ¿y las camioneras? como las distinguimos... y no me vengas con que son todas del mal o del bien... que será una excusa mala para no mojarte. ya estás hasta el fondo, no te preocupe mojarte más.

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