martes, 2 de agosto de 2022

 Lo mejor de tocar fondo es que, a pesar de encontrarte cubierto de mierda y repleto de angustiosa ansiedad, es tener la certeza de que ya no se puede caer más bajo. Sentir la relativa seguridad de quien sabe que por mucho que patalee, ya ha llegado donde debía y que de allí no se va a mover. Tener la posibilidad de cerrar los ojos y esperar a que todo pase, con la certeza de que a lo sumo, todo seguirá igual.

Lo peor de tocar fondo, en cambio, es cuando te invade la sensación de que ese suelo no es tan firme como debería y que es posible que aún queden subniveles de horror por conocer.