miércoles, 29 de febrero de 2012

Lagartos inteligentes del espacio exterior

A veces, buscando por ahí, uno se encuentra con cosas tan paranormales que se vuelven paranormales y merecen un lugar en este blog. Este es el caso de los Troodones, unos inocuos dinosaurios del Cretácico que habría vivido en la zona de Centroamérica, que según algunos podrían haberse convertido en una especie de extraterrestres semidivinos. Pero vamos a lo que vamos.
Hace 75 millones de años el Troodon era un dinosaurio más, de esos pequeños que corren a dos patas y comen de todo. Pero, según apuntan algunos estudios “científicos” actuales, podría haberse dado el caso de que este bello animalito hubiera desarrollado, con el tiempo, un gen que aumentaría su inteligencia, les habría dado la capacidad de hablar y de paso, les habría dado pulgares prensiles para poder crear herramientas escribir en blogs y tocarse el pene sin arañarse todo el rato. Hasta aquí bien. ¿Si nos pasó a nosotros porqué no a ellos?
Con el tiempo, el troodon se haría más listo, más guapo y más alto hasta el punto de crear una civilización avanzada y (teniendo en cuenta que no queda ni rastro de ella), biodegradable. Pero uy uy uy… un meteorito asesino de reptiles cayó en la tierra, provocando un cataclismo y un cambio de clima nada placentero para los lagartos que se vieron forzados a marcharse a las estrellas. ¿Para siempre? No.
Cuando llegó el momento de regresar, los troodones se encontraron con que la tierra había sido colonizada por unos horribles monos sin pelo (nosotros) y decidieron quedarse en su nuevo planeta para no molestar, aunque hay quien dice que han formado parte de la historia de la humanidad y que siguen presentes en la actualidad, disfrazados y actuando desde las sombras.
Aunque parezca descabellada, la teoría de los troodones, de ser cierta, resolvería muchos de los enigmas de la humanidad. Por ejemplo: las pirámides de Egipto serían obra suya y prueba de ello está en que las construyeron en el desierto (a los lagartos les gusta el calorcito) y al lado del Nilo (los lagartos comen mosquitos). También serían obra suya las pirámides de los Inca sy los Mayas, erigidas en el lugar de origen de los troodones. Y así podríamos seguir todo el día: ¿El triangulo de las Bermudas? Cosa de los lagartos. ¿La aurora boreal? Lagartos ¿Las caras de Belmez? Cosa suya también. ¿Porqué el cielo es azul, la tierra gira, hay gente triste o el chocolate es dulce? LAGARTOS INTELIGENTES DEL ESPACIO EXTERIOOOOORRRL.
Puede parecer un absurdo, pero esta es la base de todas las religiones del mundo.


Aqui vemos una imagen del dia del juicio final. Ni apocalipsis nuclear, ni tormentas cósmicas ni leches:Los hombres-lagarto vendrán, con sus gafas de sol y su look hip-hop y se llevarán a todas las tias jamonas de la tierra. Noooooo!!!!

jueves, 23 de febrero de 2012

De hiperpótamos y monos que hablan

Los niños, desde el momento de su nacimiento hasta que alcanzan la pubertad, aún con ligeras variaciones de comportamiento y apariencia física, son todos iguales. Cuando se alcanza la adolescencia y todo eso comienzan a aparecer algunos rasgos distintivos de personalidad que pueden hacer creer que existe la diversidad o incluso los individuos únicos, pero todo es una ilusión; los adolescentes se limitan a agruparse teniendo en cuenta elementos estéticos o ideologías que ya están predeterminadas y estereotipadas desde hace décadas. Es en la edad adulta cuando una persona tiene el poder de salir del rebaño y reivindicarse como un ser único en el universo; Y para conseguir eso, es necesaria la palabra. Si, hablar es lo único que nos diferencia de otros animales incluso de nuestra misma especie. Y es que en esencia, no somos mas que monos que hablan.
Pero toda esta parrafada, en realidad, solo sirve de introducción para lo que quiero contar, que es tan banal que necesita de apoyo para no caer en lo ridículo. Resulta que hace poco, en una conversación casual de amigos (bueno, no era casual porque en realidad quedamos ya deliberadamente para hablar pero llamarla “conversación forzada” o similar me parece un poco raro y dejarlo solo en “conversación” queda soso. Además ya se entiende y qué mas da), ya no se de que hablaba. Ah si. Decía que en una conversación “casual”, una muchacha nos estuvo hablando, algo seria, sobre un problema de salud llamado “hiponosequé”, que era lo contrario al “hiperlomismo”, siendo, según ella “hiper”, mayor que “hipo”. No se si se entiende pero eso no es lo importante. Lo que viene a ser la clave de esta entrada es que mi cerebro funciona mucho mas rápido cuando se trata de gilipolleces que para las cosas serias y reales y en seguida saqué la conclusión de que si hiper es más que hipo debería existir un animal llamado “hiperpótamo”, que sería como un hipopótamo pero a lo bestia. Lo malo no fue pensar eso sino que además lo dije en voz alta. Y por si fuera poco, me sentí como un tío súper gracioso rodeado de algún tipo de aura de invulnerabilidad generada por mi superocurrencia que me protegería de cualquier mal. Pero mi aura indestructible si que podía ser penetrada por las miradas y pronto me di cuenta de que interrumpir una confesión seria con la idea de un supermamífero no era lo más adecuado del mundo.
Los humanos somos monos que hablan, pero algunas veces deberíamos callarnos y subirnos a un árbol.

jueves, 16 de febrero de 2012

Psicofonías (Toses y eruptos del más allá)

Uno de los fenómenos más comunes en cuanto a la comunicación con el mundo de los muertos es la psicofonía. El método para obtener una es bien sencillo: Coges una grabadora de mano (un teléfono móvil cualquiera también vale) y lo metes en cualquier lugar lúgubre y deshabitado como un cementerio, una casa abandonada o una biblioteca, y dejas el aparato grabando solo. Al dia siguiente vas a recuperarlo y si n te lo han robado, escuchas detenidamente la grabación a todo volumen; A partir de ahí solo tienes que malinterpretar el primer sonido extraño que aparezca, ponerle un subtítulo para sugestionar al oyente y proclamar a los cuatro vientos que un señor o señora se ha puesto en contacto contigo desde el mundo de los muertos.
El primer caso y uno de los más famosos sucedió hace la tira de tiempo entre un padre y un hijo. Ambos estaban algo obsesionados por el tema de la vida después de la muerte y el padre, viéndose jodidillo de salud le prometió al hijo que cuando llegase al otro lado le daría alguna señal inequívoca que demostrara al mundo que había algo mas y que no habían malgastado sus vidas en gilipolleces. En efecto el padre murió (ganas no le faltaban), y esa misma noche sonó el teléfono. El hijo descolgó el auricular, ya con el mosqueo en el cuerpo y pudo oír la voz de su padre que pronunciaba la frase “Estoy muerto”, a lo que el sorprendido hijo respondería: “Papá, dime algo que no sepa”. Pero la comunicación terminó allí. Este caso demuestra que en el otro mundo, además de poco tiempo para llamadas, la gente se vuelve un poco idiota.
Como este, hay cientos de casos más pero no quiero alargarme demasiado; Así que solo me gustaría comentar que a medida que la tecnología avanza, también evolucionan los métodos de comunicación paranormal y además de las psicofonías, hoy en día tenemos videofonías, que se realizan con una cámara de vídeo enfocada a la tele y las más modernas webcamfonías, que se hacen de cintura para abajo. Pero esta es otra historia.

Antiguamente hacía falta algo más que un simple magnetofono para grabar sonidos. Este señor está arrepintiendose de haberse dejado la pasta en semejante cachivache para lo que le está sirviendo.

domingo, 12 de febrero de 2012

Rompo mi periodicidad semanal ya que ayer mismo se celebró la entrega de premios del "II Concurso de Microrelatos Ciudad de Novelda", en el que un realto mio había sido seleccionado. El acto consistía en una serie de personas seleccionadas por la organización para ir haciendo lectura de todos los relatos dejando para el final los dos finalistas junto con el ganador; y he de reconocer que aunque no tenía demasiada idea de ganar, si me hacía ilusión escuchar uno de mis relatos de boca de otra persona.
El punto amargo no vino cuando supe que no había ganado. El problema fué que la mujer que leyó mi relato no conocía los puntos ni las comas y parecía dispuesta a terminar la lectura sin respirar. Cuando logró su hazaña se marchó de allí cual estrella fugaz.
A pesar de eso me queda una buena sensación. Los relatos tenían calidad y el hecho de estar entre ellos me insulfa algo de autoestima y confianza en que no debo hacerlo tan mal.
Y para todos aquellos que no tuvisteis la oportunidad de asistir, o que incluso estando allí no pudisteis entender a la señora, adjunto una copia del relato tal y como lo presenté.

Hace años jugaba al fútbol con algunos chicos del barrio. Era una buena forma de relacionarse y hacer amigos. Uno de ellos era Raúl; un chaval fanfarrón que siempre iba de listo y que siempre actuaba como si le fuera la vida en ello; nos gritaba y exigía mejores movimientos y si marcaba un gol, lo celebraba como un auténtico profesional. Si veía alguna chica cerca, se quitaba la camiseta y pasaba corriendo frente a ella sin darse cuenta de que le veían como a un auténtico payaso. Era patético.
Recuerdo una vez en la que saltamos al mismo tiempo y nos dimos un buen cabezazo. Como siempre, Raúl comenzó su teatro tirándose al suelo, quejándose de dolor en el cuello y sangrando por las orejas.
Debió de pillar un buen rebote después de eso porque a la mañana siguiente seguía en el descampado, tirado en el suelo, cubierto de hojas y en la misma postura en que lo dejamos la tarde anterior.
No volví a verle, pero seguro que le fue bien.

jueves, 9 de febrero de 2012

Una nueva consulta ha llegado a mi correo, lo que demuestra que la gente sigue teniendo en estima mis consejos, o bien que la gente no tiene muy laro lo que hacen. En cualquier caso, paso a poner aqui el correo recibido para después exponer mi respuesta.

Hola capdemut, soy una mierda, he visto que hace tiempo q no se usa el consultorio por eso voy a formularte una pregunta para reavivarlo.
La gente tiene muchos dilemas en su vida, muchas reflexiones filosóficas. Yo sólo tengo una:
Cuando hablo con alguien a quien no conozco, o escribo algo relacionado con el miembro viril, qué uso: pito, pene, polla, minga, cataplín? Y con el órgano femenino: chocho, pepe, coñamen, almeja, vagina...


Si amigos. La gente sigue confiando en mi sabiduría pero asi están las cosas, en fin...
Querido amigo, es totalmente natural en conversaciones casuales o reuniones sociales varias, querer hablar sobre nuestro órgano sexual o le de nuestros congéneres y no saber cómo o cuando hacerlo sin que suene irrespetuoso u ofensivo. A mi particularmente, me pasa muy a menudo, por lo que he terminado por crear unas pautas básicas que seguir, las cuales paso a facilitarte.
En primer lugar hay que tener en cuenta el ambiente en el que nos encontramos. No es lo mismo una reunión formal con tus jefes u otras personas de alto nivel económico o cultural que una charla distendida con personas a tu misma altura. En el primer caso habrá que utilizar un lenguaje culto que demuestre que sabes de qué estás hablando, y esperar el momento propicio. Por ejemplo, en el momento inevitable en el que todos vacilan de sus logros en la vida y suelten frases como “Mi yate es mejor que el tuyo porque es un Volvo y vale más pasta” o “A mi no me vengáis con esas cosas porque he estudiado una ingeniería” es el momento de decir aquello de “Tengo luengo el badajo”. Seguro que todos quedan admirados y sorprendidos por tu dominio del lenguaje. Otro caso diferente lo tenemos si la reunión tiene lugar en un lugar con niños, ya que estos suelen quedarse con las palabras malsonantes y repetirlas continuamente como si no existiera nada más en el lenguaje humano. En ese caso, para hablar de tu pene, por ejemplo, con la madre de uno de esos chavalines, puedes usar palabras como “Palito del amor.”. Seguro que ella acaba agradeciendo tu gesto educativo. En otras situaciones más distendidas son válidas expresiones como “¿Quieres probar mi calipo de carne?” o “Ven amanejar mi joystick térmico”.
Eso si, en caso de que quieras referirte al sexo contrario hay que llevar mucho cuidado, ya que puedes llegar a recibir gran cantidad de daño en la zona genital de no usar las palabras correctas. Al contrario que nosotros, que nos la sacamos en cualquier momento y lugar, ellas sienten un gran recelo por sus intimidades y por eso, para evitar rodillazos hay que hacer que se sienta halagada e importante. Para ello propongo utilizar palabras como “Núcleo indivisible del amor” o “Célula madre, centro del universo infinito”. Puede que suene mal, pero para cuando ella se da cuenta de qué has dicho y venga a darte el rodillazo, tu ya estarás muy, muy lejos.
Espero haberte servido de ayuda a ti y a todos aquellos con tus mismos problemas. Y para cualquier cosa ya sabeis: Mandad un mail con vuestras dudas con el encabezado "Ayudame Capdemut, soy una mierda..." a capdemut@hotmail.com

jueves, 2 de febrero de 2012

Otra crónica de parvulario

Alguien me dijo después de leer la anterior crónica de parvulario, que no s eme ocurriese volver a escribir sobre experiencias vividas antes de los 10 años de edad, pero yo, ni caso. Hoy voy a hablar sobre uno de mis primeros recuerdos y, sin duda alguna, mi primer trauma a nivel social.
Creo recordar que era el segundo año de parvulario. Éramos crios mayores ya y ese día la profesora debía de ausentarse un rato para una reunión importante con la directora del centro, por lo que dejó a una niña de la clase como encargada de velar por la paz en la clase, Sus ordenes fueron claras: “Si alguien alborota, mándamelo al despacho de la directora”.
Al principio la cosa iba bien: Nos dejaron coloreando unos dibujos, repartidos en grupos pequeños, bajo la atenta mirada de la encargada, que no titubeaba ni un segundo a la hora de mandar al despacho a aquellos que hablaban demasiado alto para su gusto. Pero ya se sabe que el poder corrompe y cada vez el yugo del silencio se estrechaba más y más; Ya no solo expulsaba de clase a los que gritaban o hablaban en un tono audible; Muy pronto también los susurros se convirtieron en motivo de castigo y la divertida clase se fue tornando en opresión y miedo.
Ninguno sabíamos qué nos esperaba en el despacho de la directora y la encargada estaba ávida de sonidos a los que condenar. De hecho ni siquiera ella hablaba y nos teníamos que comunicar por gestos. Pero el vaso se colmó cuando una niña fue condenada por toser. Todos nos esforzamos tratando de explicarle que eso no era justo, pero ella no fue capaz, o no quiso, entendernos. Y en ese punto no pude más.
Dejé mis colores a un lado y me levanté de la silla. Todavía no tenía melena pero ya podía sentirla agitándose con el viento de la rebeldía sobre mis hombros. Todos me miraron llenos de esperanza y pronuncié la frase: “Solo ha tosido”. Y eso me condenó.
Estaba indignado y furioso. Mi primer acto de rebeldía contra lo que creía injusto no había servido para nada. Creo que eso condicionó el resto de mi vida.
Cuando llegué al despacho de la directora, mi profesora me dio una zurra simbólica y me sentó en el suelo junto con mis compañeros desaparecidos. Allí por lo menos se podía hablar un poco y pensé que no se estaba tan mal como en la clase. Lentamente fueron llegando más niños hasta que toda la clase quedó trasvasada al despacho de la directora, a excepción de la encargada que se quedó sola en su nuevo reino del silencio absoluto. La profesora nunca sospechó que algo había salido mal.
Ya no recuerdo quién era esa niña que nos castigó sin piedad, pero ahora que han pasado más de 25 años puedo concluir que la sigo odiando con toda mi alma.