sábado, 29 de noviembre de 2014

De tetas y erupciones: Una entrada que no es lo que parece (al menos el título)



Las redes sociales son un adelanto que ha cambiado nuestras vidas; los servicios de mensajería instantánea han hecho de la comunicación algo permanente y cercano… Pero al final, si te paras a pensar, la gente solo los utiliza para mandarse fotos guarras y chistes verdes. ¿O no lo veis así? Pues atended a qué me pasó ayer mismo en el trabajo.

Resulta que llegué con mi camión a una fábrica en la que trabaja un conocido que atiende a lo que hoy en día se llama “inmigrante”, ya que nació en un territorio externo al de las fronteras que nos han dibujado en los mapas; pero no voy a ahondar en este tema, que aburre. El caso es que el hombre, que nació en unas islas del sur se acercó a mí con el rostro algo compungido y el teléfono en la mano y me dijo: “Mira esto”. Yo me acerqué con una sonrisa idiota marcada en mi rostro dispuesto a ver la foto de una chica con los pechos desproporcionadamente grandes, pero en cambio me encontré con la foto de un pueblecito a punto de ser alcanzado por un río de lava. “¿Pero qué es esto?” Le pregunté.

La erupción del volcán Fogo. La lava está llegando a las casas.” Me comenta. “Venga va, quita esto y pon una tía en bolas” Le espeto yo. “Pero… En esas casitas de la derecha vive toda mi familia y no sé si…” Hasta que le interrumpo con un: “Venga, venga, a ver qué fotos tienes por ahí.” Y él, algo aturdido, complace mis exigencias.
 
Oh si nena, ahí estás tu.

¿Y qué hemos aprendido de esta historia? Pues que las cosas sirven para lo que están hechas y que si las utilizamos para cosas como informarnos o compartir sentimientos, solo logramos ponernos tristes y preocuparnos por cosas que están fuera de nuestro control. ¿O acaso la erupción iba a detenerse por compartir esa foto indiscriminadamente?

4 comentarios:

  1. No la he entendido, no consigo leer nada por encima o por debajo de la última foto.

    xDDDD

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  2. Gracias por vuestros amables comentarios!

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  3. Hola,

    Pues es cierto. Yo por ejemplo acabo de quemarme la lengua por querer comer los fideos chinos demasiado rápidos. Y ¿Qué consigo al compartir esto? Poco. Mi dolor sigue siendo el mismo. Aunque quizá sirva para evitar que alguien se queme si al leer este comentario está a punto de comer fideos chinos.

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