En un
oscuro cuartucho iluminado por una miserable bombilla, Gaspar estaba agotado,
confuso y desmoralizado. Había perdido la noción del tiempo y solo recordaba
grandes comilonas y una decena de hombres armados hablando en italiano y
obligándole a hacer sus necesidades continuamente. Sin él saberlo había sido
capturado por una mafia que estaba aprovechándose de su don para convertirse en
la familia más poderosa de Sicilia.
Afortunadamente,
Baltasar podía localizar el lugar exacto donde había perdido a su compañero en
el túnel del tiempo y logró localizarle con facilidad. Melchor, aunque
magullado y al borde del agotamiento, quiso seguirle al interior del edificio
donde se suponía que encontrarían a su amigo. Lo que vieron en el interior no
les gustó demasiado.
Melchor
entró en cólera. El descubrir como unos desaprensivos del siglo veinte estaban
abusando de quien solo unos días (o miles de años, según se mire) le había
salvado la vida, era demasiado como para mantener la calma. Con un grito de
rabia hizo acopio de fuerzas y se lanzó en un salto espectacular hacia el más
cercano de los sorprendidos mafiosos. De haber tenido la más remota idea de que
esos cachivaches que llevaban en las manos eran armas capaces de escupir plomo
a una velocidad mortal quizás se lo habría pensado antes, pero no fue así.
Baltasar se tiró al suelo justo en el momento en el que Melchor golpeaba con la
cabeza accidentalmente la única bombilla del techo, haciéndola estallar y
dejando la sala completamente a oscuras. Los disparos comenzaron a sonar en
cortas ráfagas erráticas mientras Melchor giraba y giraba sobre si mismo,
golpeando en la oscuridad a cuantos cuerpos sólidos encontraba. En menos de un
minuto los disparos habían cesado. Cuando Baltasar abrió la puerta y dejó
entrar algo de luz, en la sala solo quedaban los cuerpos de los mafiosos,
algunos inconscientes y otros abatidos por los disparos de sus propios
compañeros. Una vez liberado Gaspar, continuaron su viaje hacia el futuro.
Epilogo
¿Y qué viene ahora? ¿Qué les
puede suceder a tres señores con poderes, venidos de dos mil años en el pasado
en la actualidad? Probablemente Gaspar venderá su oro ilimitado y blanqueará
dinero para recuperar su estatus; Melchor seguirá metiéndose en líos y zurrando
a cuanto se le acerque y Baltasar, como no, seguirá con su oficio de actor
porno y sacará de más de un embrollo a sus compañeros. Y así vivirán decenas de
aventuras repletas de acción, sexo, saltos en
el tiempo, alteraciones de la realidad y demás posibilidades. Pero ya no seré
yo quien os las cuente. La tercera parte del Incidente de Belén queda a
disposición de vuestra imaginación.
merda. no conozco el primer incidente.
ResponderEliminarDa igual. No te pierdes nada. O no mucho.
EliminarParece una buena campaña de Feng Shui :-D
ResponderEliminarNo me des ideas... Que la hago.
EliminarPues va ser cierto eso de que al final todo llega a su fin...
ResponderEliminarTras la lectura de todas las antiguas entradas del incidente de Belén, ahora le veo sentido y coherencia... incluso me da hasta pena que diga que termine. ¿será verdad?
ResponderEliminarAunque cueste creerlo, voy a esforzarme por que esto haya terminado aquí.
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