jueves, 5 de enero de 2012

Las primeras tetas y culos

Cuando yo no era más que un proyecto de hombre devorado por el acné, un crío imberbe con las hormonas montando tiendas de campaña en su cerebro, en definitiva lo que se conoce como "un puto niñato de mierda", las cosas eran , en cuanto al llamado “despertar sexual”, muy diferentes a las de hoy en día. Ahora cualquiera que tenga un duda sobre la anatomía del sexo opuesto solo tiene que hacer un “clic” y todas sus dudas se resuelven de inmediato; Pero antes no era así.
Los años noventa eran tiempos duros en los que tenías que buscarte la vida ya fuera robándole las revistas guarras a ese primo mas mayor, corriendo el peligro de llevarte una buena hostia o meter la cabeza furtivamente en el vestuario de las chicas a riesgo de recibir un numero incontable de golpes a cada cual más mortal. Por ello la mejor opción era ver los jueves por la noche la sesión de cine erótico de Canal9 (antes de que se convirtiera en una especie de NODO a todo color). Conseguirlo no era fácil; Había que lograr acostarse más tarde que los padres por lo que debían utilizarse excusas variopintas. Los mas empollones decían que se quedaban a estudiar para el examen de mañana, excusa que a mi no me servía pues habría levantado sospechas de inmediato, por lo que la mayoría debíamos inventar cosas a cada cual más ingeniosa, pero sin pasarse; Conozco el caso de un chaval que fingió ser sonámbulo durante tanto tiempo que acabó en manos de psicólogos, atiborrándose de pastillas y perdiendo su voluntad y el control de sus esfínteres, pero eso es otra historia. El caso es que había que lograr ver esas películas no solo por las tetas y culos si no para poder comentarla al día siguiente en el patio del colegio.
Las conversaciones tenían lugar en rincones del patio alejados de la multitud y eran los “Trending Tepic” de la época. Los que las lideraban eran los héroes del momento, demostrando que habían podido burlar la vigilancia paterna y ver algo prohibido para todos. Era un signo de astucia y madurez. Y en esos corrillos clandestinos donde solo se aceptaban a aquellos que habían visto la peli se comentaban los mejores momentos de la misma, dando todo tipo de detalles curiosos. Pero no solo eso. También se debía velar por detectar a los intrusos, humillarlos y expulsarlos del elitista grupo. Un ejemplo:
Niño1: ¿Qué os pareció la de anoche?
Niño2: ¡Muy buena, muy buena, si!
Niño3: ¡De las que más se veía de todas las que han hecho, si!
Niño 4:: Mmm… si... buena, buena, si…
Niño1: ¿A que estaba buena la negra?
Niño4: Si… uff… la negra, si…
Niños 1, 2 y 3: ¡Mentira, en la de anoche no salía ninguna negra! ¡Mariquita, mariquita, mariquita!
Lo negativo del asunto es que las pelis, a pesar del entusiasmo que nosotros poníamos en su visionado, solían ser bastante malotas. Ahora, desde la experiencia que me da la inminente viejunez soy capaz de descubrir matices que antes me pasaban por alto; Pero como no quiero extenderme mas, que luego la gente se me queja, enumeraré los 4 tipos de pelis en las que mayoritariamente logré catalogarlas:
1ª, La españolada: Tías jamonas liandose con tipos enanos, calvos y ridículos a mas no poder. Muchos gritos, carreras y magreos bastos. En las escenas de sexo solían taparse con una sábana hasta la cabeza y moverse de forma convulsiva.
2ª: La francesa: Chicas menudas y delicadas de aspecto frágil y juvenil. Estas iban casi siempre de infidelidades y salían muchas caricias, susurros y musiquitas demenciales. En los momentos clave la cámara solía enfocar algo como un jarrón reflejando las llamas de la chimenea o un caracol subiendo por un zapato.
3ª: La italiana: Tias buenorras, situaciones creíbles y argumentos elaborados. Lo malo es que a veces acababa la peli sin salir ni un miserable pezón y eso era decepcionante hasta un grado insoportable.
4ª: La inglesa o alemana: Cosas raras salían allí. Cosas de conventos, colegios, internados y cosas así con azotes, cuero y otras cosas de mal rollo. A veces no habían escenas de sexo al uso pero de haberlas solían verse ensombrecida por nieblas, lluvia o cosas raras.
Había más, mejores y peores, pero para eso haría falta un blog entero y con dos me sobra. Muchas gracias.


Laura Gemser era Emmanuelle Negra, una de las pelis más emitidas y más malas de la historia, con permiso de Pretty Woman (La puta y el tonto, en español)

3 comentarios:

  1. He de recordar que antes de que canal 9 se emitiera el no va mas era encontrar el rincon donde tus padres escondian las revistas porno. Me acuerdo de ellas con vista viejuna como tu dices... eran tremendamente malas la mayoria, pero joder... yo creo q mejor te hacia sentir era ver esa peli, esa revista o lo q fuera q estuviera a tu alcance de la forma más furtiva posible y sin que te pillarán. Creo que realmente eso era lo que nos exitaba, más que esos cuerpos desnudos.

    ResponderEliminar
  2. Para la chicas era muy distinto. Un día por casualidad me encontré las revistas de mi padre y casi me da un pasmo. No podía ni mirarle a la cara, me sentía sucia por haberlas encontrado, cuando ni siquiera las buscaba. Sigo traumatizada. Debían de ser revistas alemanas con actores españoles y actrices francesas. Había cadenas, grilletes y pelo, mucho pelo... Nunca más volví a acercarme a ellas, y guardé el secreto hasta el día de hoy.

    ResponderEliminar
  3. Veo que todos hemos tenido experiencias con revistas "retro" y sus fluidos.
    Coincido con Loki en que era mas emocionante el hallazgo que la lectura de las mismas.
    Y tu, Lolita, me alegro de que te hayas sincerado contando tu experiencia. Aunque no lo creas, ahora eres algo mas libre.

    ResponderEliminar