jueves, 13 de junio de 2013

De impactos críticos y toallas mojadas



Desde hace algún tiempo, pero especialmente desde que escribo de forma pública en este blog, he ido fijándome en la extraña credulidad/ incredulidad de la gente. Por algún motivo que no alcanzo a comprender, hay veces en que alguien se muestra reacio a creerse la cosa más sencilla y mundana con un “¿Pero tú no ves que eso no puede ser?” pero luego son capaces de tragarse las más fantásticas historias con ese “Es que hay cosas que no podemos comprender” y sí, estoy hablando de cuando no se creen que has visto un famoso por la calle pero luego intentan convencerte de que el espíritu de un soldado muerto en la guerra les visita por las noches con sodomitas intenciones. Pero ya hablé sobre este tema en concreto aquí y no quiero hacerme tan pesado; Solo quiero explicar algo que me sucedió y que jamás logré que me creyeran.


Yo era un veinteañero feliz, trabajaba como repartidor de repuestos de automóvil y conducía una bella furgoneta blanca, roja y azul; mi radio de acción era comarcal, por lo que visitaba muchos pueblos pequeños perdidos de la mano de Dende; y en uno de esos pueblos había un tallercito, propiedad del Sr.B, que era legendario no por sus habilidades de mecánica sino por sus dos atractivas hijas. Cada vez que volvía de su taller (cosa que sucedía cada 10 o 15 dias aproximadamente), entraba en la tienda y todos me preguntaban aquello de “¿Has visto a las hijas de Mr.B? Como están las chavalas, eh?” Y mi respuesta siempre era que no, que las hijas no tienen por qué estar en el taller de su padre justo en el momento en el que yo voy. Pensándolo detenidamente, las probabilidades de toparme con una de sus hijas eran muy bajas, casi absurdas, pero a pesar de eso me lo preguntaban insistentemente todas y cada una de las veces que iba. En términos roleros podríamos decir que tirando dos dados de diez caras cada vez que iba a ese taller, debería haber sacado un 0 en el primero y de 1 a 5 en el segundo para encontrarme con una de ellas. Pero ya se sabe, la probabilidad está ahí y en uno de esos viajes, saqué un 01 que es un crítico. Y con los críticos siempre suceden cosas geniales.
Llegué el día del testi… del crítico perdón, al taller y éste estaba cerrado; era raro, así que llamé a la puerta de su casa, adyacente al mismo, pero nadie me respondía. Me desesperé un poco a pesar de que yo no pagaba la gasolina y trabajaba por horas, no por reparto entregado y volví a llamar. Sin respuesta. Pero cuando ya me iba, la puerta se abrió y allí estaba. ¡Una hija! Pero cuidado, que estaba como estaba. Apareció mojada de arriba abajo y cubierta solamente con una toalla. Me explicó que su padre, LordB no estaba y que a pesar de haberla avisado de que yo iba a ir, había cometido la imprudencia de meterse en la ducha; creo que dijo algo más pero no me enteré; solo podía fijarme en cómo la toalla mojada se pegaba a sus pechos y en una de sus  caderas que se dejaba ver con cada movimiento. Le entregué la cajita (unas pastillas de freno creo recordar) y me marché.
Este es el recuerdo que hoy dia me queda de tal suceso.
El viaje de regreso se me hizo más largo que nunca. Estaba impaciente por llegar y contarles a todos lo que había visto. Quise hacerme el interesante y esperar a que me preguntaran pero ese día estaban todos muy ocupados y nadie me hizo la habitual pregunta. Al final se lo tuve que decir yo y como ya supondréis… nadie me creyó. Fantasioso, mente calenturienta, flipado… Todo eso me llamaron los muy gilipollas. Hace mucho que dejé ese trabajo y me marché a vivir lejos, pero todavía a día de hoy, les deseo mal.

6 comentarios:

  1. Pues yo no conocía esta historia ( o la he olvidado) y me parece creible, aunque probablemente le hayas añadido algún elemento, que para ti la realidad pura y dura es muy aburrida..., me lo creo porque hay mucha desvergonzada por ahí...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Menudo critucazo!! igual el trozo q no la escuchaste te invitaba a entrar y labarte con ella...

      Eliminar
    2. Anónimo/a... ¿Como que "te parece creíble"? Todas las historias escritas bajo el tag "sucesos" son tan reales como los cúmulos de galaxias o los perros.
      Y LokiTrol... Una cosa es sacar un crítico pero para invitarme a la ducha debería haber hecho una intervención divina por lo menos.

      Eliminar
  2. Pobre chica, a pesar de que se afanó en corregir su olvido y salió a toda prisa de la ducha para cumplir con la tarea que se le había encomendado, se la insulta llamándolo desvergonzada. ¿En qué mundo vivimos?

    ResponderEliminar
  3. Estoy contigo Lolita, en que lo de desvergonzada habría que analizarlo con detenimiento. Yo creo que la chavala pensaba que sería alguien de la familia o algo porque no parecía muy cómoda de hablar conmigo con ese atuendo.

    ResponderEliminar
  4. Sí, es que hay mucha delosilla por ahí suelta....

    ResponderEliminar