martes, 5 de mayo de 2015

Otra entrada de esas



Hace ya algunos años, cuando comenzaba mis andaduras por este mundillo bloguero, un amigo no muy cercano me hizo un comentario casual acerca de mi tendencia a perder siempre en los juegos, utilizando la frase “Ahora entiendo lo del berberecho”, en clara alusión a ésta entrada del blog. Le miré y le sonreí sin responderle, pero bajo mi aparente tranquilidad bullía un mar embravecido de dudas. Hasta ese momento había estado escribiendo como si internet estuviese al alcance de “otros”, pero que me leyera alguien cercano físicamente me desconcertaba. Y medité mucho sobre el tema.


Los blogs son un excelente medio para expresarse. Son el refugio ideal de periodistas frustrados, escritores frustrados, editores frustrados, profesores frustrados y en definitiva, de gentes frustradas que buscan un medio para desarrollarse y, con un poco de suerte, encontrarse con un público que sepa apreciar su talento y trabajo. Pero yo… ¿Qué mierdas estoy haciendo? Me refiero, por supuesto, a éste blog; en el otro hay una temática definida (los juegos y mis experiencias con ellos) que puede interesar más o menos a cierto sector de los internautas… ¿Pero esto? ¿Esto qué es?


Pero toda esta reflexión no viene por nada. Viene porque hace poco conocí a alguien, una chica además, que me aseguró que estaba leyendo el blog desde el principio. “Estoy leyendo tu blog. Voy por el 2012” me dijo exactamente, y un escalofrío terrible recorrió mi médula espinal. Y aseguro que no era la primera vez que me lo decían; he recibido correos anunciando tal gesta o asegurando que ya había sido llevada a cabo; pero el tener a esa persona frente a frente me hacía sentir, no voy a decir avergonzado ya que estaría exagerando, pero sí ligeramente expuesto, desnudo, violado, sodomizado… No sabría elegir la palabra adecuada.


Y una vez más me he planteado eso de si merece la pena escribir al tuntún, plasmar mis idioteces aquí, al alcance de cualquiera, sin una meta definida, sin un objetivo que cumplir, sin nadie a quien ayudar más que a soltar alguna risa tonta burlándose de mí y mis cosas. Me he preguntado si esto realmente es un intento desesperado de alimentar mi ego a cualquier costa o solo estoy perdiendo el tiempo y la vista frente a la pantalla de un ordenador esperando a que los dioses de google decidan borrar ya de una vez toda esta basura que pone la gente y que les den. Y como no, he colocado el cursor sobre esa frase escrita en azul que reza “eliminar blog” y he apoyado un dedo tembloroso sobre el botón del ratón, quedándome sin fuerzas para apretarlo. Como un suicida cobarde.

2 comentarios:

  1. Lo importante no es si se duda, si no si se sigue adelante... ¡Y creo que tú ya tienes tu respuesta!

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