miércoles, 2 de noviembre de 2016

Un breve incidente automovilistico



Hoy iba conduciendo tranquilamente mi flamante descapotable rojo, pagado al contado con el dinero de la venta de mis libros, cuando atisbé por el rabillo del ojo a una de esas chicas que suelen vestir con menos tela de la que se permitiría en la España de la transición y al girarme a observarla con más detenimiento perdí el control del vehículo, estrellándome contra una antigua torre de vigilancia mozárabe, claramente identificable por su forma cilíndrica y pórtico alto y estrecho.

Al salir del montón de chatarra humeante en que se había convertido mi nuevo medio de transporte, me fijé bien y vi que la chica no era más que una bolsa de plástico enganchada a una farola. Pero qué farola. Y cómo le sentaba la bolsa.

Y una imágen que no ilustra nada.

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