domingo, 12 de febrero de 2012

Rompo mi periodicidad semanal ya que ayer mismo se celebró la entrega de premios del "II Concurso de Microrelatos Ciudad de Novelda", en el que un realto mio había sido seleccionado. El acto consistía en una serie de personas seleccionadas por la organización para ir haciendo lectura de todos los relatos dejando para el final los dos finalistas junto con el ganador; y he de reconocer que aunque no tenía demasiada idea de ganar, si me hacía ilusión escuchar uno de mis relatos de boca de otra persona.
El punto amargo no vino cuando supe que no había ganado. El problema fué que la mujer que leyó mi relato no conocía los puntos ni las comas y parecía dispuesta a terminar la lectura sin respirar. Cuando logró su hazaña se marchó de allí cual estrella fugaz.
A pesar de eso me queda una buena sensación. Los relatos tenían calidad y el hecho de estar entre ellos me insulfa algo de autoestima y confianza en que no debo hacerlo tan mal.
Y para todos aquellos que no tuvisteis la oportunidad de asistir, o que incluso estando allí no pudisteis entender a la señora, adjunto una copia del relato tal y como lo presenté.

Hace años jugaba al fútbol con algunos chicos del barrio. Era una buena forma de relacionarse y hacer amigos. Uno de ellos era Raúl; un chaval fanfarrón que siempre iba de listo y que siempre actuaba como si le fuera la vida en ello; nos gritaba y exigía mejores movimientos y si marcaba un gol, lo celebraba como un auténtico profesional. Si veía alguna chica cerca, se quitaba la camiseta y pasaba corriendo frente a ella sin darse cuenta de que le veían como a un auténtico payaso. Era patético.
Recuerdo una vez en la que saltamos al mismo tiempo y nos dimos un buen cabezazo. Como siempre, Raúl comenzó su teatro tirándose al suelo, quejándose de dolor en el cuello y sangrando por las orejas.
Debió de pillar un buen rebote después de eso porque a la mañana siguiente seguía en el descampado, tirado en el suelo, cubierto de hojas y en la misma postura en que lo dejamos la tarde anterior.
No volví a verle, pero seguro que le fue bien.

5 comentarios:

  1. Sí, realmente la señora que leyó tu relato lo hizo con muy pocas ganas y de carrerilla, como para quitárselo de encima. Pero míralo por el lado bueno, probabilísticamente es casi imposible que te vuelve a tocar la misma lectora.

    Felicidades por la "nominación", me gustó mucho el relato... cuando lo leí.

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  2. Quizás esa mujer era familia de Raul, o más aun... quizás era su idolo de juventud... pobrecita... solo queria quitarse de encima ese duro momento en el que su idolo se hizo añicos...

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    1. Tienes que hacer un microrrelato sobre señoras que leen microrrelatos de otros a toda pastilla (oh no, suena como un grupo de Facebook).

      A partir de hoy cuando pase por algún descampado, paseando al perro o buscando especies botánicas para algún trabajo escolar de mi hija, me fijaré si entre los matojos aparece un figura convulsionándose mientras se lleva las manos a la cabeza y se lamenta de una lesión. Estoy seguro de que abundan.

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  3. Probando, probando... Sale mi comentario?! Ja vorem...
    De totes formes, aprofite per a felicitar-te pel microrrelat quasi guanyador; qui va ser el jurat?! Potser coneixía a qui va guanyar...

    Per cert, sòc Elián ;b

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  4. Hola Elian.
    Ara mateix surt per telenovelda l'acte senceret, per si vols vore'l. No se qui era lo jurat, pero va guanyar una chavala jove d'aqui de Novelda.

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