miércoles, 25 de abril de 2012

Muerte en el agua

Recuerdo una vez que paseaba con mi padre por la orilla del río (el río Ebro para mas señas), hablando sobre cosas de esas de padres e hijos. Yo tendría 9 o 10 años y de pronto mi padre me invitó a asomarme al agua para que viera un “bussó” (no se si lo escribo bien, pero se trata de un aparejo para pescar angula). Pero yo, no sé por qué motivo, pensé que lo del “bussó” era una treta de mi padre que, lo que pretendía en realidad era arrojarme a las profundas aguas, consciente de mi incapacidad natatoria, para observar como me ahogaba mientras lanzaba malévolas risotadas. No sé porqué pensé eso, pero por supuesto me negué a acercarme al agua, cosa que no le gustó demasiado a mi progenitor; Por más que mi padre trataba de explicarme él jamás me haría daño, que sería incapaz de gastarme ninguna broma pesada y que mi vida era más importante que la suya propia, yo no atendía a razones, pataleando y luchando por que no me tocara. Finalmente, viendo mi desesperada e irracional actuación, cesó en su empeño y nos alejamos del lugar, caminando en medio de un incómodo silencio. Han pasado muchos años ya y el suceso se ha convertido en una anécdota tonta; Pero ahora que he procreado comprendo lo desconcertado, decepcionado y dolido que mi padre se sintió el día que pensé que quería asesinarme.

2 comentarios:

  1. Yo viví algo parecido con mi padre, pero con el agravante de que fue en una piscina pública atestada de gente, y toda esta gente me vio patalear y berrear mientras le decía a mi padre: NOOOO!!! QUE TÚ LO QUE QUIERES ES APARTARTE Y DEJAR QUE ME AHOGUE!!! pero en valenciano claro. El pobre hombre no solo estaba desconcertado sino también avergonzado. Qué me llevaría a pensar algo así es perturbador, acaso yo ante la situación inversa lo habría dejado ahogarse solo para reírme.

    Pero puestos a ponernos en lo peor, me alegra saber que no soy la única psicópata del grupo, así tengo a alguien con quien compartir impresiones.

    ResponderEliminar
  2. Chicos, tranquilos, a mí también me dio la neura de creer que, en este caso mi madre, me quería ver muerta. Sí, ahora viéndolo con perspectiva, me parece una idiotez, pero de niña mi madre me traía todas las noches una vasito de agua a la cama para que bebiese mientras me arropaba, y con el tiempo empecé a pensar que le echaba matarratas, así que me obsesioné hasta tal punto que creí que iba a morir y no sabía cómo explicárselo a mi madre, ya que era la propia asesina. Así que un día me armé de valor y le dije que no tenía sed, que no me trajese agua... Y podría haber quedado ahí la cosa, pero no me podía quedar con las ganas de decirle lo que pensaba: que me estaba envenenando!! Así que se lo dije. A partir de entonces nunca más me dio agua ni me arropó en mi cama. Pero yo conseguí dormir tranquila.

    PD: hecho totalmente real y LO SABÉIS!!!!!!!

    Elián.

    ResponderEliminar