viernes, 6 de septiembre de 2013

El incidente de Belén 2 (Melchor)



El rey maldito se levantó del suelo algo aturdido. Se sentía como si le hubiera pasado por encima toda una manada de elefantes mientras dormía y lentamente fue tratando de ajustarse a la realidad, paso a paso. Era un rey, sí; el mundo le odiaba, de acuerdo; estaba viajando hacia el futuro con sus compañeros cuando se soltó y… ahora estaba perdido. Miró a su alrededor y se sintió diminuto; la vegetación a su alrededor era gigantesca, la hierba le llegaba a los hombros, las hojas de las plantas podrían servirle de cama y los helechos se alzaban más allá de su vista. El cielo tenía un tono raro y hasta el aire que respiraba parecía diferente.

-¿Dónde estoy? –Preguntó tímidamente.
-¿Hay alguien por ahí?  -Dijo alzando la voz.

Un siseo extraño fue la única respuesta que recibió. Melchor dio unos pasos y apartó una enorme hoja lanceolada cubierta de rocío con la mano para encontrarse cara a cara con la cosa más terrible que jamás hubiera imaginado. A primera vista le pareció una gallina gigantesca, pero cuando ésta le miró con esos ojos hambrientos y abrió una enorme boca plagada de dientes afilados como cuchillos, supo que algo andaba mal. Salió corriendo en dirección contraria a la gallina y descubrió con horror que eran cuatro las que le perseguían. Tenían el aspecto de reptiles enormes, pero corrían a dos patas y eran… demasiado enormes para su gusto.



 Continuará... (claro, si no, vaya cosa sería esto)

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