miércoles, 12 de junio de 2019

De ofertas de trabajo remuneradas y satanismo.






Siete de la tarde, minuto arriba minuto abajo; me dispongo a comerme mi merienda típica consistente en melón con queso (el jamón me da flato) cuando suena el teléfono indicando un extraño y larguísimo número.

-¿Si? -respondo en un alarde de elocuencia y riqueza verbal, léxica y semántica.
Tardan unos segundos en responderme mientras se oyen sonidos de flautas de fondo.
-¿Señor Capdemut? -dice por fin una voz masculina, algo lejana desde el otro lado.
-Si.
-Buenos días señor Capdemut es un honor poder hablar con usted... -comienza a decir pero le interrumpo.
-¿Como que buenos días si es muy por la tarde ya?
-No, ya, es que le llamo desde Perú y acá es por la mañana todavía, jeje, andale wey.
-¿Perú este o perú oeste?
-Perú no tiene este ni oeste, solo norte y sur, somos un país chiquito, sabeusté.
-No lo sé, pero así a ojo diría que la superficie de Perú es de más de un millón de km2, que es el doble que España -le respondo haciéndome el listo.
-Si, eso es cierto pero sabrá también que en los mapas a los del hemisferio sur nos dibujan más pequeños siempre.
-Ya, puede ser que eso cause una falsa sensación de pequeñez, pero como también son gente más bajita les quedará más espacio para moverse todavía. Si sacáramos cuentas puede que a nivel de sitio Perú sea el triple que España. Pero no nos perdamos por esos derroteros espaciales. ¿A qué debo su llamada señor..?
-Me llamo Nafka Estalone y soy el responsable de la editorial A*****r y queremos contar con su talentosa escritura para partisipar en una antología con varios autores destinada a ser distrinbuida en colegios para que los chamaquitos puedan inisiarse en la lectura y esas cosas. ¿Orale vos?
-Ya.
-Los relatos van a tratar sobre una banda de música en concreto. Cada autor elegirá una cansión y escribirá un cuento sobre ella.
-Entiendo pero sinceramente, yo no tengo ni idea de música andina ni estas cosas, no se si soy la persona adecuada.
-¿Que música andina ni qué rambutanes en almíbar, wey? La banda a tratar es Venom.
-¿Venom? -le respondo algo confuso? -¿La banda de black metal de los ochenta abiertamente satanista y vetada en muchos países debido a sus letras violentas y/o escatológicas?
-¡La misma compadre! Veo que entiende usted de músicas del mundo.
-¿Y eso será adecuado para que lo lean los niños?
-Por supuesto. Piense que los niños en perú tienen que ir al colegio escalando montañas y crusando ríos con cocodrilos que disparan laseres por los ojos.
-Ya... Vale, pero... ¿Me van a pagar por esto o va a ser como todas las entradas que escribo últimamente?
-¡Por supuesto wey! Le vamos a dar mil millones de (viejos) soles.
-¿Mil millones?
-Así es, (viejo) sol arriba (viejo) sol abajo dependiendo del cambio.
-Vale, acepto. ¿Donde hay que firmar?
-Aquí, debajo de la linea de puntos.
-¿Donde pone "el gilipolas"?
-Justito ahí.
-Hecho, tenga el contrato y me pongo al trabajo ya.
-No me ha devuelto el boli, chamaco.
-Uy perdón, tenga, que es que a veces se quedan pegados, jeje.
-Jejeje, no pasa nada. Total, solo me costó dos mil quinientos millones de (viejos) soles.
-Anda, que caro el puto boli, con razón.
-Pues nada, hablamos entonses para la entrega del relato.
-Claro, déjelo en mis manos. Ya puede colgar.
-No. Cuelgue usted.
-No tu.
-Usted.
-Tu.
-Tu.
-Cuelga tu.
-Besitos.
La llamada se corta y me doy cuenta de que mi melón con queso se ha biodegradado y ahora es un bello jardín colgante. Que bonita la naturaleza cuando no está saturada de plásticos y colillas.

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