martes, 4 de octubre de 2011

Tentaciones (Paternidad parte 3)

A veces, la vida le pone a uno obstáculos insalvables que obligan a cerrar los ojos y dar un gran rodeo ante la imposibilidad de caminar en línea recta, tal y como la razón le impulsa a uno. No se si eso se entiende, pero la cuestión es que el otro día fui sometido a una dura prueba, no se si por voluntad divina o por puro capricho del azar.
Resulta que iba yo paseando con mi niña en el carrito por un centro comercial, viendo escaparates y tonterías de esas, cuando dos muchachas de unos veinte años se pararon ante mi hija, admiradas por esa gracia y belleza que solo los bebés tienen; Y dejándose llevar por su instinto maternal latente, no pudieron evitar agacharse a hacerle gracias y dedicarle varios halagos.
Yo soy un padre responsable y serio, faltaría mas, pero mis ojos no pudieron evitar fijarse en sus generosos escotes, los cuales la postura de las chicas mostraba en todo su esplendor. Yo soy humano, si; Pero lo que eso implica, muy en contra de la opinión general, es que soy una especie de gorila con menos pelo. Y con esa faceta animal, mis ojos comenzaron a recorrer sus pechos, imaginando sus rosados pezones, sus firmes senos y su liso vientre; Y con la libertad que otorga la imaginación, mis ojos descendieron más allá de su cintura, buscando aquél lugar prohibido entre sus muslos al que jamás podría acceder. Mi cuerpo se tensó. Mi sangre comenzó a fluir al ritmo de mi corazón acelerado. El gorila que habita en lo mas profundo de mi ser quiso saltar, golpearse el pecho con los puños y agarrar a las chicas por la cintura para alejarse saltando con ellas…
Pero entonces, una profunda salivación de la que yo no había sido consciente me hizo atragantar y tosí, sobresaltando a las muchachas que se incorporaron de nuevo, momento que yo aproveché para decir que teníamos prisa y alejarme.
Y al dejar atrás a las chicas y proseguir mi camino en busca de mi mujer, mi gorila personal se ocultó de nuevo en su cueva, o se subió al árbol, o se metió dondequiera que se cobijen los gorilas.

Publicado el 9 de septiembre de 2010 en Mediocridad

1 comentario:

  1. Cuando lo leí la primera vez, en el otro blog, se me pasó lo de tu gorila personal...

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